"Un restaurante que estaba lleno ahora tengo tres mesas. Se pierde dinero todos los meses"
Javier González, director de operaciones de Casa Lolea en Madrid, explica que han abierto con el 20% del personal y solo por las noches
El sector hostelero se enfrenta a una época incierta con temor a un nuevo cierre debido a los rebrotes
"Un restaurante que estaba lleno ahora tengo tres mesas. Se pierde dinero todos los meses"
02:05
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/2020072611172246/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Es evidente que no estamos en la mejor época para los bares y los restaurantes. Uno de cada cinco locales no han vuelto a abrir desde el confinamiento. El sector estima que el 15 por ciento no volverá a hacerlo nunca más, la clientela ha caído un 25 por ciento y un tercio de los trabajadores que continúa en ERTE pertenece a este sector. Hemos querido acercarnos a la realidad que está viviendo el sector hostelero en esta nueva normalidad. Aseguran que son los primeros interesados en que se cumplan las medidas de prevención ya que un nuevo cierre obligado supondría grandes dificultades.
En Chueca, en Madrid, hay una fábrica de sangrías convertida en restaurante, Casa
Lolea. Abrieron un mes después de poder hacerlo. La pandemia les ha pillado con un plan de expansión de 25 restaurantes en Europa, Estados Unidos y Asia. El COVID-19 ha convertido su reservado en el almacén donde guardar las mesas que sobran.
Javier González, director de operaciones, explica que han pasado de abrir desde el desayuno hasta la copita de después de cenar a abrir solo para las cenas. “Teníamos tres turnos. Ahora hemos abierto bajo mínimos, con un 20 por ciento de personal y solo por las noches. Si hay una recaída habrá que echar el cierre otra vez y a ver los que aguantamos. Un restaurante que estaba lleno y ahora tengo tres mesas. Se pierde dinero todos los meses. Todavía no llegamos a equilibrio”.
Cuando un cliente o grupo llega a Casa Lolea las camareras le explican cómo son sus sangrías. De este nuevo tiempo, Blanca López destaca la dificultad de trabajar con mascarilla y el cariño de los comensales. “De hecho te das cuenta y tienes que parar, tienes la mascarilla pegada a la boca totalmente. Es el efecto dementor. Te alegra de verdad cuando alguien te dice ‘os he echado de menos’ y le dices ‘me alegro de verte’. Es totalmente real y claro que anima. Aquí además tenemos un trato profesional pero muy cercano con los clientes. La gente se lo pasa muy bien”.
En Sevilla, en Mairena del Aljarafe, se encuentra el bar 'El Duro Sevillano'. La pandemia ha provocado que su tapa estrella, el jamón de Huelva, se tome más que nunca en su amplia terraza donde sopla un aire fresco muy agradable en la capital andaluza. Su propietaria, Lola Almeida, ha tenido que contratar a tres personas más. “El balance no es más positivo porque tenemos más personal trabajando que antes”. Por este local han pasado los inspectores de la Consejería de Sanidad: “Siempre nos han felicitado por lo que han visto”.
Tanto Lola como Chema Pascual, propietario del bar 'La Levantera' de Madrid, abrieron el primer día que estuvo permitido y coinciden en que en las últimas dos semanas ha bajado el consumo, sobre todo los fines de semana. “Abrimos solos en la calle Goya, pudimos alargar la terraza con la distancia de seguridad como nos permitió el Ayuntamiento de Madrid.
Fue un inicio bastante positivo, luego fueron abriendo más compañeros, ahora se nota que la gente va saliendo de Madrid y el consumo no es tan exagerado como al principio”. Pascual está acostumbrado a recibir a los fans de muchos grupos que tocan enfrente de su local en el Palacio de los Deportes. Este año notan las restricciones de aforo en los eventos que se organizan. “Hemos dejado de facturar unos cinco eventos por semana. Por otro lado, en mayo y junio hemos notado mayor consumo por la gente que estaba de ERTE”.
La realidad de este sector tiene muchas caras. Seguramente la peor de ellas la encontramos en el 20 por ciento de los locales que no han podido todavía reabrir sus puertas. Muchos no volverán a hacerlo nunca más. El presidente de la Federación de Empresarios Hosteleros de España le preocupa. “Probablemente en el entorno del 15 por ciento se ha echado el cierre definitivo”. Todos confiesan que en este nuevo tiempo, además de hosteleros, deben hacer un poco de vigilantes con las medidas. Los clientes se lo toman bien, muchos lo agradecen, porque saben que si no va bien .. tal vez les vuelvan a echar de menos.