Radiografía del botellón en tiempos de pandemia: menos multas y más fiestas clandestinas
En la segunda quincena de julio, coincidiendo con las limitaciones a los locales de ocio nocturno, las multas por hacer botellón han descendido en las principales ciudades del país. Aunque ahora el principal foco están en las fiestas clandestinas, muchas de ellas en locales sin licencia para fiestas
Madrid
Este vídeo es un momento de una fiesta en un chiringuito en Torremolinos, en Málaga. En él vemos a un grupo de personas bailando en torno a un hombre que bebe de una botella de alcohol y que después de cada sorbo escupe a los que están bailando alrededor. Después de escupir les pasa la botella y estos se pasan la botella a su vez de unos a otros. El vídeo es de hace unas semanas, pero se publicó ayer en las redes sociales. El local ha emitido un comunicado pidiendo disculpas, y el Ayuntamiento ha anunciado que va a inspeccionar a todos los locales de la zona.
Radiografía del botellón en tiempos de pandemia
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Flaco favor les hace este chiringuito al sector, muy limitado o incluso con las persianas echadas en varias comunidades desde hace una semana en casi todas las Comunidades Autónomas. Pero, ¿este cierre ha fomentado que la fiesta siga, pero en la calle? Es decir, ¿que aumente el botellón? Si atendemos a las multas de las últimas semanas, la primera conclusión es que las denuncias no han aumentado. Por ejemplo en Madrid: en junio la policía municipal puso 5.227 multas por este motivo, y en julio han puesto 4.835 denuncias. En el caso de Baleares o de la Comunidad Valenciana, en ambas comunidades las multas por botellón han vuelto a las cifras de antes del Estado de Alarma. Segunda conclusión: la gente bebía más en la calle durante las ultimas fases del estado de alarma; y ahora, coincidiendo con los brotes, y de nuevo, atendiendo a las multas, se está haciendo menos botellón. En las Islas Baleares, las multas han ido a la baja en la segunda quincena del mes de julio, por lo que no se ha generado un efecto llamada del botellón a las playas. Según la Policía Municipal de Palma, el fin de semana del 17 al 18 de julio se levantaron 82 multas por hacer botellón en la calle, mientras que el último fin de semana de julio solo hubo 15 actas.
En Barcelona está prohibido el botellón desde el martes. Esa madrugada la guardia urbana multó a 48 personas por beber en la calle. Y según el Ayuntamiento de la ciudad condal, desde esta semana habrá un dispositivo reforzado entre Mossos y Guardia Urbana en playas y plazas para evitar botellón, y también para que esos grupos que se forman lleven la mascarilla puesta. Hasta el 29 de julio hubo 1135 multas. Los agentes lo relacionan a una mayor concienciación de los jóvenes, por lo que se está volviendo a cifras anteriores al Estado de Alarma. Porque cuando se levantó el confinamiento, con los locales todavía cerrados, hubo un aumento de los botellones en las calles.
Botellones en Málaga: mismas multas, pero los jóvenes ya no beben en el centro
En Málaga, donde el botellón está prohibido desde hace cuatro años, el Ayuntamiento explica que no ha habido un aumento estas semanas en cuanto al número de multas, pero que han detectado que el consumo de alcohol en la calle se ha traslado del centro de la ciudad a los barrios periféricos. Algo similar ocurre en el País Vasco, donde los botellones se ha traslado del dentro de las capitales a pueblos pequeños o en ciudades donde se están celebrando las fiestas de verano. Como ocurrió el viernes en Getxo cuando se desalojó a 100 personas haciendo botellón y sin mascarilla o Vitoria, donde la policia multo a 43 jóvenes que estaban haciendo un botellón en una fiesta clandestino en un polígono industrial.
En la Comunidad Valenciana, este fin de semana ha arrancado un dispositivo especial de la policía local para evitar los botellones, aunque los ayuntamientos de esta comunidad explican a la SER que no están notando un aumento de los botellones.
En otras ciudades, como Sevilla, el fin de semana pasado multaron a 29 personas por este motivo, pero el Ayuntamiento asegura que no se está detectando aglomeraciones de personas bebiendo en el centro de la ciudad. En Cádiz, tampoco han aumentado las multas, pero el Ayuntamiento explica que la policía ha cerrado hace unos días un bar clandestino donde los jóvenes bebían sin mascarilla y compartían cachimbas. Este es el otro foco que preocupa a las autoridades: las fiestas clandestinas. En Galicia, por ejemplo, la policía asegura que tiene muy localizadas las zonas donde los jóvenes hacen botellón y que con la llegada de los agentes, los grupos se dispersan. Pero en esta comunidad preocupan las fiestas clandestinas; el fin de semana pasado desalojaron a una veintena de personas que estaban bebiendo en un velero sin mascarillas. Tercera conclusión: hay menos botellones en la calle, y el foco de las autoridades está ahora en las fiestas clandestinas.
Enrique García
(Sevilla, 1994) Corresponsal en Bruselas, siguiendo y explicando la política comunitaria. Antes, redactor...