Abre unas cabañas turísticas y el tuit de su hija hace que se disparen las reservas
El negocio familiar de las 'Cabañas de Ulla' abrió sus puertas en el mes de julio, retrasado por la pandemia. Sin embargo, un tuit disparó sus reservas y ahora rozan el 100% de ocupación
Abre unas cabañas turísticas y el tuit de su hija hace que se disparen las reservas
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Madrid
La pandemia arrasó con todo a su paso. Aún hoy acarrea serias consecuencias; y sus efectos seguirán advirtiéndose muchos meses más. Negocios que iban a ver la luz en primavera, proyectos que llevaban meses, e incluso años gestándose, vieron frustrados sus planes. Muchos de estos esquemas estaban vinculados al turismo, uno de los sectores más golpeados por la crisis. ¿Se imaginan llevar años preparándose para abrir un negocio ilusionante, y que la pandemia lo postergue? Es la historia de Javier Álvarez que, como muchos otros emprendedores, no pudo abrir las puertas de su negocio en la fecha prevista. Javier tenía previsto inaugurar las ‘Cabañas de Ulla’, en Touro, la pasada primavera. Finalmente, la inauguración ha llegado en el mes de julio.
A pesar de todo, el resultado ha superado sus expectativas, gracias a un tuit que publicó su hija y se hizo viral. “Simplemente puse que mi padre y yo habíamos abierto un camping, después de mucho tiempo, esfuerzo e ilusión; y que podían seguirlo en Instagram o dar retweet”, son las palabras de Susana Álvarez, la hija de Javier y encargada de gestionar las redes sociales de las cabañas. Aquel tuit, que publicó en su cuenta personal, cambió el rumbo del negocio familiar: “Yo pensaba que mi público iba a ser mis cinco amigos de siempre, pero al final lo compartieron 22.000 personas”.
Las redes sociales impulsaron así un proyecto que llevaba más de dos años fraguándose. “Éramos propietarios de una finca con vocación forestal en pleno corazón rural de Galicia. (…) En esa dinámica de cuidar las plantaciones, se nos ocurrió rentabilizar la propiedad de otra manera, conjugando el atractivo del bosque con una oferta de turismo”, cuenta Javier.
42.000 metros cuadrados de terreno, tres pintorescas cabañas de madera y una zona de acampada con piscina. Estas características han reclutado ya a turistas de toda Galicia y otras partes de España. Las cabañas han permitido que muchas familias y parejas puedan “aislarse sanitariamente pero también para convivir y relacionarse”. Para Javier, hablar de la España vaciada no hace realmente justicia al entorno de su complejo turístico, pues se refiere a la zona como una “España absolutamente llena, de naturaleza, de vida, de pajaritos y ruidos”.
“Estamos rozando el 100% de ocupación, a pesar de que es una época de improvisación para los visitantes”, confirma Javier. Aunque parece temprano para elaborar análisis pormenorizados de la experiencia de los clientes, su propietario asegura que reciben “comentarios tan elogiosos que seguramente nosotros no merecemos”, aunque destaca que el medio rural en el que se encuentran sí lo merece.