'Hipócrates', la serie que deberían ver los políticos antes de recortar en sanidad
La plataforma FIlmin estrena esta semana 'Hipócrates', película convertida en serie del director francés Thomas Liti sobre el caos en un hospital, tras aparecer un virus
Si la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y otros dirigentes autonómicos, vieran esta serie, Hipócrates, cuyos ocho capítulos ya están disponibles en Filmin, quizá empezarían a replantearse algunas de sus medidas. Por ejemplo, dejar de apostar por los recortes sanitarios, o por la privatización de algunas áreas -como la realización de PCR-, o por el cierre de camas, o no desviar a pacientes a las clínicas privadas, o por no contratar a más médicos en situaciones de saturación hospitalaria. Solo hay que recordar que a principios de julio, recién salidos del estado de alarma, el sindicato de enfermería denunciaba que en Madrid se iban a cerrar este verano, el de los rebrotes, 1300 camas.
Todas estas prácticas las llevan a cabo los protagonistas de la serie, con fatal resultado, mostrando eso que denuncia el médico de la UCI, Gabriel Heras en su libro En primera línea, que da igual si tienes las últimas máquinas más modernas, si no hay personal para utilizarlas.
Y es que en Hipócrates no hay épica, no hay héroes, no hay aplausos a las ocho en el balcón. Lo que hay son médicos asustados ante el desastre que se les viene encima y ante la inoperancia de los gestores que no saben cómo organizar un hospital en crisis. De modo que deciden lo que hemos visto este verano, el verano del COVID-19, en la Comunidad de Madrid, cierre de camas, vacaciones de sanitarios sin sustitutos, despido de los MIR, y altas de pacientes que no están del todo a punto. "Modo verano", lo llaman en la serie.
La premisa nos acerca, sorprendentemente, a este momento actual de crisis sanitaria por el coronavirus. Tres residentes deben incorporarse a su nuevo puesto, medicina interna en un hospital parisino, pero se topan con que ninguno de los médicos de esa unidad está disponible, ya que deben guardar cuarentena por un virus no especificado. Curiosa la relación con la actualidad del guion de una serie que se escribió en 2018.
Debido a las drásticas medidas preventivas de salud tomadas en un hospital público, los médicos a cargo del departamento de medicina interna tienen que permanecer en cuarentena durante 24 horas. Tres residentes sin experiencia y un médico forense que no se conocen deben abordar la situación de frente y llevar el control del departamento por su cuenta, sin saber que esta cuarentena temporal está a punto de extenderse indefinidamente. Hipócrates va más allá de una serie de médicos al uso y se centra en esos jóvenes obligados, con todas sus dudas e inexperiencia, a tomar las riendas de la situación cuando una contagiosa infección obliga a mantener en cuarentena al personal titular.
Las series de médicos han sido de las más exitosas de la historia de la televisión. Desde Urgencias, con un George Clooney sin canas todavía, hasta el culebrón sanitario de Anatomía de Grey, pasando por House -que consiguió que todos supiéramos diagnosticar el lupus- y por Hospital Central, la versión patria de todas ellas. El cine, sin embargo, se ha acercado menos al día a día de un hospital. Por eso sorprendió en 2014 Hipócrates, una cinta francesa que se centraba en las dinámicas de dos médicos residentes que empezaban su residencia en un hospital. Uno de ellos era hijo de un médico renombrado, el otro un estudiante de origen argelino.
Ahora su director, Thomas Lilti ha reconvertido su historia para lanzar esta serie que, como vemos, mantiene el mismo título, el que hace referencia al padre de la medicina en la antigua Grecia e impulsor del juramento hipocrático. También mantiene el tono y la denuncia de la precariedad laboral en la sanidad francesa, algo completamente extrapolable a otros sistemas nacionales de salud, y la parte humana detrás de los doctores; pero cambia el hilo conductor y sus personajes.
En toda la trama está presente esa denuncia política, la que reivindica una sanidad pública y universal para Francia, y un sistema más modernizado que en el que trabajó el director, Thomas Lilti, que hasta 2016 compaginó ambos trabajos, el de médico y el de cineasta, con títulos siempre vinculados a lo sanitario. Hipócrates fue su primera película, luego vino Un doctor en la campiña, que exploraba la sanidad rural, y Mentes brillantes, sobre los exámenes MIR en Francia.
Sin embargo, sus reivindicaciones están sujetas a las historias de los personajes, nunca son evidentes o subrayadas; sino que el espectador va viendo los efectos de las malas praxis políticas y hallando las posibles soluciones. Mientras nos pegamos a esos cuatro personajes protagonistas, Chloé, la residente más avispada, una doctora fría y centrada en averiguar rápidamente los diagnósticos más complejos. Después está Hugo, médico con poco talento pero que ha heredado la profesión. Alyson, una médica insegura que se pone en nerviosa en una situación de estress y Arben, un médico inmigrante al que muchos compañeros miran por encima del hombre. El clasismo en la medicina ha sido otro de los temas recurrentes de la cinematografía de Lilti, presente también en esta serie.
Luego están los pacientes, con enfermedades y síntomas realistas, pacientes que podrían estar en cualquier hospital y que no necesitan un giro copernicano de guion para mostrar las enfermedades más raras, como ocurría en House. Pacientes con problemas sociales, ancianos sin familia, o enfermos que no pueden acceder a muchas prestaciones, ya que no tienen seguro privado.
La serie consta de ocho episodios y está protagonizada por Louise Bourgoin, Alice Belaïdi, Karim Leklou y Zacharie Chasseriaud. Hipócrates es una de las ficciones originales de Canal + Francia de mayor éxito en los últimos años. Su primer episodio fue visto por el 12,7 % de los suscriptores.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...