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Festival Málaga | Sección oficial

Clara Lago: "La tendencia de algunos medios a ser incendiarios es peligrosa"

La actriz protagoniza, junto a Ernesto Alterio, 'Crónica de una tormenta', película que dirige la argentina Mariana Barassi sobre el mundo del periodismo, el machismo y las relaciones de poder

La actriz Clara Lago / Juan Naharro Gimenez Getty Images

Málaga

La irrupción del movimiento #MeToo sacó los colores a una industria, la de Hollywood, que había ocultado y silencado el acoso o abuso sexual como práctica normalizada en las relaciones de poder. El efecto de las denuncias salpicó rápidamente a otros sectores, como el de los medios de comunicación, con la caída de grandes capos de la información acostumbrados a delinquir con empleadas de rangos inferiores. En 'Crónica de una tormenta', adaptación cinematográfica de la exitosa obra teatral Testosterona, de Sabina Berman, no se llega a ese extremo pero se respira el ambiente de esos despachos para retratar, dentro de una redacción periodística, dichas dinámicas y el techo de cristal para las mujeres. .

Claro Lago y Ernesto Alterio protagonizan el debut en la dirección de la argentina Mariana Barassi. El actor interpreta al director de un periódico que debe elegir sucesor. La decisión está entre un veterano profesional de las cloacas y aficionado a la manipulación que dirige con tiranía a su equipo, encarnado por Quique Fernández, y la otra subdirectora, el papel de Lago, una periodista metódica, integra y partidaria de generar una relación horizontal entre los compañeros. En la tarde de Nochebuena, los personajes de Lago y Alterio quedan encerrados en la oficina. Esa intimidad le sirve a la directora para seguir un intercambio dialéctico entre ambos que se revela como una disección actual del periodismo. La ética y la objetividad en una profesión pervertida, las maquinaciones y corruptelas políticas, el sexo en las relaciones de poder, el machismo del entorno o la maternidad. Un encuentro que lleva al límite a estos dos personajes y expone sus veraderas caras. Durante el Festival de Málaga, Clara Lago charla con El Cine en la SER.

¿Cómo ha sido entrar en el personaje y en ese intercambio dialéctico tan teatral?

Ha sido un regalazo. No te llega todos los días la oportunidad de hacer algo tan teatral en cine. Normalmente no tienes tanto espacio de diálogo, de procesos interpretativos y emocionales así, de tanto recorrido dialéctico con un personaje. Es una oportunidad maravillosa, un regalito, y me parece una apuesta súper original y valiente.

La película habla de muchos temas, el principal esas dinámicas de poder tan tóxicas que se generan en el entorno laboral

Sí, el sistema que se ha establecido, este esqueleto jerárquico que funciona así en muchos ámbitos. Me parece que es difícil de romper, pero que tiene que ser con personajes como Maca, gente que confía en que las cosas se pueden hacer de otra manera y que sigan apostando por esa lucha. No vale el ‘esto ha sido así desde hace mucho tiempo’ y ya está, se da por válido y no se revisa. No hombre, no. Estamos en constante cambio como personas y como sociedad y si las cosas van cambiando a nivel social, también se tiene que recoger en esas estructuras jerárquicas-laborales. Es necesario que se revise eso y que se pueda desmontar si hace falta entero y se plantee de otra manera.

Tu personaje reclama esa horizontalidad en el trabajo periodístico, ¿en el cine también es así?

El cine es mucho de trabajo en equipo, claro que hay jerarquías pero es verdad que es diferente. Es una de las cosas que siempre me ha encantado del cine, la sensación es de un engranaje que tiene que funcionar perfecto desde el primer día, aunque la gente no se conozca. Hay algo mágico que sucede por esa sensación de que hay algo por encima de los egos de cada uno, que es la peli. Es como que todo el mundo aparta momentáneamente su ego, su persona y su movida, para ponerse al servicio de la historia.

Con el movimiento #MeToo, Hollywood abrió la veda del acoso sexual y después cayeron grandes capos de los medios y la inforrmación. En la película no hay un caso como tal, pero está en el ambiente el sexo como mecanismo de poder

Que esto sucede en el mundo es evidente. En este caso concreto de la película, puedo entender esa idea pero aquí es más complejo. No solo es sexo y poder, sino que la intimidad es real, hay un recorrido emocional entre estos dos personajes que va muy atrás en el tiempo. Ahí es más complicado, no solo estamos hablando de una relación de sexo y poder, estamos hablando de una relación personal. Hay cierto momento donde toca elegir entre hacer lo correcto y salvar a una persona que quieres. ‘Crónica de una tormenta’ habla más de eso y es un conflicto súper interesante para el personaje.

Tu personaje tiene esas sombras, incluso se puede debatir sobre el uso del sexo por parte de la mujer como herramienta

Esto es lo que me gusta, que no quede claro hasta qué punto ha sido un acto manipulador consciente. Está bien que esté ese duda, no me gusta que los personajes sean planos. Eso de este es el bueno, este es el malo, no, nadie somos así. Los seres humanos estamos compuestos de un montón de capas, de luces y de sombras, y creo que si todos aceptáramos más nuestras sombras, todo sería más fácil. Me gusta cuando se plantea un personaje con aristas, contradicciones, que no es una única cosa. Aquí Maca es la buena, la idealista, la que quiere hacer las cosas bien, la que no quiere pasar por encima de nadie para conseguir el poder, pero está bien que quede esa sombra de duda y que pueda ser incluso así. Si yo como actriz me lo he planteado de otra manera, es perfectamente válido que cierto espectador, por lo que sea, lo interprete de otra manera y está bien también.

Hay un retrato duro de los medios de comunicación y de sus prácticas, ¿cómo es tu relación con la prensa, con la situación actual de noticias falsas e intoxicación?

No tengo mucha idea de esto, se me escapa. Te lees un libro como ‘El director’ y dices, madre mía, y te echas las manos a la cabeza. Te preguntas si funciona así. ‘Crónica de una tormenta’ también habla mucho de esto. No sé si puedo opinar porque no tengo tanta información, sí es verdad que hay algo de ciertos medios que… Sobre todo cuando veo que hay una tendencia a ser incendiario, por lo que sea, eso me parece peligroso. Hay mucha gente que se guía por eso, por lo que dicen en las noticias, en tal o cual programa o periódico, y al final estás generando opinión en la sociedad. Hay que ser responsable con esta opinión que se genera o si estás fomentando el miedo y desde dónde lo estás haciendo. Pero me parece que siempre hay medios o personas que intentan ir más allá del sistema, que aparecen y dicen ‘eh, yo me salgo de esto e intento contar la verdad’. Me gusta que haya gente que se salga de ese sistema.

La película también retrata el llamado techo de cristal. Una subdirectora brillante que le cuesta más ascender, ¿cómo has vivido en los últimos años el empuje feminista?

El movimiento feminista ha vendido para quedarse y es absolutamente necesario. Es un movimiento que va más allá de la equiparación salarial y de la igualdad de oportunidades de acceder a esos puestos de poder. No se trata de que podamos acceder, si no de que no tengamos hacer ese sobreesfuerzo, que no haya que demostrar más, que se desmonte el arquetipo de qué es masculino y femenino y qué se atribuye a cada género. Esto está obsoleto. Si el movimiento no es en todas las escalas, a todas las capas, siempre se va a quedar un poco cojo. Por ejemplo, si hay igualdad de oportunidades pero a los niños se les sigue enseñando que la sensibilidad solo pertenece a las niñas y que ellos no lloran, pues no habremos aprendido nada. Habremos conseguido muchas cosas, pero hay algo de aprender de otra manera que creo que es igualmente necesario.

¿Cómo ves la situación del cine en el momento actual? Se ha podido celebrar este Festival, hay rodajes en marcha, también muchas series

Hay mucho de plataformas, muchas series para el streaming que es lo que está petando. Además, ahora con el tema del coronavirus, con más razón. Hay que generar mucho contenido que no sabemos cuándo nos van a volver a confinar y la gente necesita estar en casa metida con contenido audiovisual que ver.

¿Eso crees que es perjudicial para este tipo de cine a largo plazo?

Claro, sí, inevitablemente. Siempre he creído que nos hay que entrar en una competición, que cabe todo. Es una pena porque el cine, las salas, se han visto muy perjudicadas. Hay un punto que no es demasiado coherente, que haya salas de cine vacías pero luego los AVE estén llenos sin distancia de seguridad. Es incoherente. Es una pena que esta parte de la industria lo tenga que sufrir porque al final puede suponer que cada vez se hagan menos y menos películas como algo romántico y anecdótico. A mí la experiencia del cine no la cambio por ver Netflix en casa. No cambio una por la otra, cada una te da una experiencia diferente y son perfectamente compatibles.

José M. Romero

José M. Romero

Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...

 
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