¿Por qué no se hablan?

Madrid

Hoy, en la SER, el presidente del Gobierno ha manifestado su preocupación por el avance de la pandemia en Madrid. Horas más tarde, el alcalde de la capital ha mostrado también aquí, con tintes de indignación, su preocupación por el hecho de que Pedro Sánchez sólo señale a Madrid. Y no es que no nos importen las preocupaciones de nuestros dirigentes políticos, pero nos preocupan más sus ocupaciones.

Así que si tan preocupados están por lo uno o por lo otro, estaría bien que se ocupasen, por ejemplo, en verse y no en comunicarse a través de los medios, para decirse lo que corresponda y, sobre todo, para buscar soluciones colaborativas, cogobernanza lo llaman ahora. No creemos que, al peso, las responsabilidades sean simétricas. No es lo mismo señalar un hecho evidente que atribuir malévolas intenciones. Y la yenka del PP y, especialmente, de la presidenta madrileña pidiendo una cosa y su contraria según le viniera bien para difuminar su propia responsabilidad, o haciéndose notar llegando más tarde o abandonando prematuramente algunas reuniones de la Conferencia de Presidentes en plena pandemia han sido para enmarcar. Pero los legítimos reproches no deberían ser impedimento para el encuentro, porque el coronavirus nada sabe de razones ni de su reparto, pero se desenvuelve estupendamente en la sinrazón, ya venga de algunos ciudadanos o de alguno de sus gobernantes.