La carrera de los necios

Madrid

Dice el refrán que “mal de muchos, consuelo de tontos”, y es verdad. Pero a veces alivia comprobar que el carajal que tenemos en España con la gestión de la pandemia se extiende a escala planetaria. Incluso en aspectos tan relevantes como la búsqueda de la vacuna. Porque, claro, ¿verdad que si un marciano aterrizara hoy aquí pensaría que todo el mundo, absolutamente todo, trabaja unido para encontrar esa vacuna? ¿que todos los países suman esfuerzos y aportan a sus cerebros más brillantes para conseguirlo? Pues no, de eso nada.

Ya saben que Rusia asegura disponer de una vacuna propia que habría sido administrada, con éxito, a la hija de Putin y a 76 personas más. Que China está utilizando militares como cobayas a ver qué tal funciona la suya. Que Estados Unidos pasa de integrarse en ninguna plataforma global y además ha anunciado que su vacuna podría empezar a circular, ¡en octubre! Que es pasado mañana. Y que Europa tiene depositada su gran esperanza en la vacuna que desarrolla la Universidad de Oxford, de la cual España ha comprado treinta millones de dosis.

Bueno, pues en mitad de este panorama, paciencia; paciencia porque el ministro Illa acaba de decir que como pronto a final de año y la OMS va más allá: asegura que las vacunaciones masivas -en principio- no debemos esperarlas hasta mediados del año próximo. Básicamente porque una vacuna debe cumplir dos funciones: ser eficaz y ser segura. Y eso pasa por delante de cualquier otra consideración.

Entretanto, pues no queda otra que adaptarnos a vivir con restricciones; a seguir las pautas que nos dicten los que entienden de esto, ¡los que entienden! Y cuando lleguen momentos de flaqueza, pues ya saben, al refrán del mal de muchos... Porque es verdad que los inútiles y los bocazas no son patrimonio nacional, sino mundial. Esto no es la conjura, que también, esto es la carrera de los necios.