¿Un robot escritor?
Un robot -sí, un robot- ha publicado un artículo en el diario The Guardian e Isaías Lafuente se hace algunas preguntas: "¿Quién será el beneficiario de sus derechos de autor, quién responderá de sus desmanes verbales ante un tribunal, cómo limitaremos que un articulista humano nos estafe y se sirva de sus posibilidades publicando después con su firma?"
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Madrid
El diario británico The Guardian publicó ayer un artículo de opinión escrito por un robot. Sus creadores le alimentaron con una ingente cantidad de información, le dieron unas pautas sencillas y le marcaron el comienzo del texto. A partir de ahí, alehop, el robot nos remitió un artículo en el que nos tranquiliza con dosis de buen humor: “no tengáis miedo de mí, no tengo deseo de eliminar a los humanos, ser ominipotente es agotador y para odiaros y luchar entre vosotros, ya os bastáis”, nos viene a decir.
En realidad, contemplando la velocidad de vértigo a la que se mueven la tecnología y la inteligencia artificial, no parece muy sorprendente que una máquina se convierta en articulista. No es el reto de un robot lo que os preocupa, sino cómo los humanos hagamos uso de esas posibilidades. ¿Debemos dotar a una máquina de capacidades creativas? Y si es así, ¿quién será el beneficiario de sus derechos de autor, quién responderá de sus desmanes verbales ante un tribunal, cómo limitaremos que un articulista humano nos estafe y se sirva de sus posibilidades publicando después con su firma? Este sincero robot que hoy nos ocupa nos informa de que sólo usa una milésima parte de su capacidad cognitiva. Así que tenemos tiempo de decidir qué hacemos con él antes de que él, u otro como él, decida que hará con nosotros.