Cuestión es de renta, no de raza: las cifras que explican la expansión del virus en algunos barrios de Madrid
La mayor diferencia sobre qué zonas se confinan y cuáles no, no es el origen de su población sino su renta
Madrid
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, culpó a las "costumbres de nuestra inmigración" de la expansión del virus en las zonas confinadas pero los datos apuntan que hay otras explicaciones más complejas a estos índices. La clave que parece explicar la mayor diferencia sobre qué zonas se confinan y cuáles no, no es el origen de su población sino su renta: son distritos mileuristas. La renta media de todos ellos no alcanza los 12.000 euros al año por persona: en Parla son 9.000 euros por cabeza al año; en Getafe, 12.250; en San Sebastián de los Reyes, 14.323 y en La Chopera en Alcobendas, 14.549 euros.
Si los comparamos con la media de la capital, sus habitantes están casi 2.000 euros por debajo de la media de lo que se cobra en Madrid como media (15.930 euros) y suponen la mitad de lo que tiene en distritos como el de Salamanca, donde la renta media por persona es de 24.683 euros (un 92% más que los distritos confinados).
Más densidad de población, más hacinamiento
Además, hay una segunda clave que explica lo que sucede en las zonas restringidas: sus vecinos tienen viviendas más pequeñas y más habitantes por vivienda, por lo que hay menos posibilidad de distanciamiento y un contacto obligado entre miembros de una vivienda.
En cifras, los habitantes de los distritos confinados disponen de 27 metros cuadrados por cabeza, mientras que las no confinadas disponen de una media de 42 metros per cápita. Según los datos del censo, las viviendas en las zonas no confinadas son un 55% mayores que las que serán sometidas a restricción.
Esas son las cifras que explican fundamentalmente las tasas de expansión del virus: renta y densidad. Pero en este debate, el discurso y los argumentos de la Comunidad de Madrid han enturbiado la decisión con cuestiones como la inmigración u otras incoherencias. Las variables que se han introducido confunden un debate que debiera ser de pobreza y de densidad de población.
La variable de la inmigración es bastante obvia: sí hay más inmigración en los distritos más pobres. Las viviendas más pequeñas y más baratas atraen, obviamente, a la población más pobre. La cuestión es de renta, no de raza.
La segunda variable que confunde es la incoherencia en la demarcación.El criterio actual cierra los distritos más pobres pese a que algunos más ricos tienen tasas de contagio similares. Teóricamente, el cierre se produce con más de 1.000 casos por 100.000 habitantes en 14 días, sin embargo Lavapiés (en el centro de Madrid) supera esa cifra y no se cierra; Madrid Centro –abierto– tiene, a fecha de hoy, la misma incidencia acumulada que Galapagar, que sí se cierra. Por otro lado, en Collado Villalba se mantienen abiertos distritos que en Fuenlabrada sí cierran pese a tener tasas de contagio de 661 casos (muy lejos, un 33% por debajo, del baremo que lleva al cierre).