José Luis Rebordinos: "Seamos conscientes de que lo de las salas de cine puede ser una ruina"
El director del Festival de San Sebastián hace balance de la edición más difícil, valora la sección oficial de películas y series y comenta el indicidente con el director Eugène Green, expulsado por negarse a llevar mascarilla
San Sebastián
¿Cómo ha sido esta edición tan difícil y tan especial a la vez?
Probablemente sea una edición histórica por los tiempos que vivimos, como pasó con el Festival de Málaga y con el de Venecia, los pocos festivales que han podido hacerse este año. Ha sido una edición rara con tres fases. La primera es la preparación. Han sido cuatro meses muy complicados con todas las incertidumbres del mundo, sin ninguna seguridad de que fuera a hacerse del todo, construyendo protocolos Covid sin que supiéramos de ello, trabajando con arquitectos especializados en Covid para las salas, con el Gobierno vasco. Ha sido muy complejo y hemos sufrido mucho. Luego llega el primer día, es la segunda fase, cuando todo tiene que funcionar. Tenemos que ver con qué actitud vienen los invitados, cómo se porta el público en la ciudad y todo eso no está diseñado. Hay parte que se ve y parte que no se ve, hay muchas cosas detrás, como el aire acondicionado. El primer día fue un subidón porque, incluso con una operación compleja como ‘Patria’ con tantos invitados, todo salió muy bien. A partir de ahí vemos que la acuidad de todos ha sido modélica, todo el mundo ha apoyado para que saliera bien, vemos al público y la ciudad que cuando le pedimos que no vengan, como con un invitado como Johnny Depp, la gente se porta genial. Todo lo demás ya ha sido fácil. Luego tienes el miedo de que te surja un foco, aunque cumplas todas las medidas del mundo, por aquí pasan miles y miles de personas. No ha habido ningún incidente, ningún caso. Espero que solo queden catarros, como el que me estoy agarrando yo, después de calarme hasta los huesos. Que todo se quede en eso.
¿Ha habido una redistribución de los recursos? Con menos invitados, ¿más medios y personal? En cada esquina casi hay personal para recordar guardar la distancia de seguridad…
Para que os hagáis una idea, aproximadamente el 42% del presupuesto del festival sale del patrocinio, de la publicidad y de las taquillas, que es lo que más ha sufrido. Estamos prácticamente perdiendo 1,5 a 1,6 millones de euros, incluso un poco más, habrá que verlo porque aquí las previsiones cambian cada dos horas. Hay mucha más inversión en medios y en personal. Lo que he aprendido de mi estancia en Málaga y Venecia fundamentalmente es que todos los protocolos estaban muy bien, eran perfectos, similares a los nuestros, pero lo que veía a veces es la gente muchas veces no cumplía eso. Entonces vimos que lo hacía falta era mucho personal porque en la mayor parte de los casos no es mala intención por parte de la gente, a todos se nos cae la mascarilla, a veces no te das cuenta y sigues hablando, a veces sales del parking y te has olvidado ponértela. Que hubiera personal que recordara amablemente a toda la gente, por favor súbase al mascarilla, por favor salga por aquí, por favor no se detengan en grupo ahí. Hemos invertido mucho ahí.
Este año además no hay Velódromo, que supone un coste muy grande, no hay Museo San Telmo, todas las actividades de industria son online. Cada día invitados previstos se caen porque se han hecho un PCR y les ha dado positivo o alguien cercano a ellos. Antes de iniciar el festival, la previsión era que estuviéramos en un 70% de invitados aproximadamente de medios de comunicación y un 40% en industria y acreditados. Creo que será algo menos, al final se ha caído gente, y eso también supone un ahorro en hoteles. Estoy convencido de que vamos a salir vivos y equilibrados, y si hay un déficit será pequeñito. Eso lo hubiéramos firmado antes. Ha habido una redistribución de los medios y, desde el primer momento, teníamos claro que todo lo que tuviera que ver con el Covid y con la salud no íbamos a escatimar nada. Si suponía entrar en déficit, lo hacíamos. Y así se ha hecho, sin escatimar para garantizar la seguridad.
Esto es un pequeño microcosmos de festival, los cines ahora tienen que acoger muchas de las películas que han pasado por aquí. Las salas con la amenaza de cierre, de la reducción de aforos… ¿cómo ve el camino?
Lo que nos ha enseñado este año es que certidumbres no hay ninguna. Que lo que parecía hoy que iba a ser de una manera, diez después no se parecía en nada. Pasa lo mismo con la situación. Soy muy respetuoso con las decisiones que se tomen, como lo hemos sido aquí con el Gobierno vasco, con una relación muy cercana, exigente y colaboradora, por una razón muy simple, en teoría los que están tomando esas decisiones son gente que saben, por lo menos más que yo. Con el festival lo que hemos hecho ha sido discutirlo todo y luego aceptar y convencer con alguna propuesta. No me gusta la frase del cine es 100% seguro porque creo que hoy nada es 100% seguro. A mí me gusta decir que el cine es seguro igual que el lugar más seguro que hay ahora. Desde luego, no menos. Entonces, tenemos que volver al cine, no podemos parar la industria del cine. No soy especialista en mercados pero hablo con mucha gente, y tengo la impresión, por estas personas, que si esto no se mueve el que va a sufrir es el parque de salas cinematográficas. Me hablaban de que si para enero o febrero no se ha revitalizado la exhibición, aproximadamente el 50% de las salas europeas desaparecerán. Y añadían, y lo que desaparezca, no volverá. Tenemos que hacer un esfuerzo para intentar que se sigan produciendo películas y que se sigan estrenando películas. Espero que San Sebastián tenga ese efecto. Por ejemplo, esas Perlas, que es una sección de prácticamente preestrenos, es una forma de dar las películas al público y que luego sirva para la promoción. Creo que ese ‘The Father’ que gana, todo el mundo salía llorando, espero que el Festival tenga ese efecto y que las salas puedan aguantar. Por debajo de un 50% es muy difícil que puedan aguantar las salas, desde las administraciones, los que deciden, tienen que tener eso en cuenta. Si hay que cerrarlas, habrá que cerrarlas, yo no voy a entrar en eso, pero que sean conscientes de que las medidas que tomen pueden tener unos efectos devastadores. Seamos serios, veamos si las salas se pueden mantener y seamos conscientes de que puede ser una ruina.
Hay cierto consenso en que la sección oficial de esta edición en la más potente de los últimos años. Usted que ve las películas antes y espera la reacción de la crítica y el público, hay películas para todo, con polémica, ¿cómo lo vive?
Llevo diez años en el Festival y creo que es la mejor selección en estos diez años. También, no tengo ningún problema en decirlo, nos ha ayudado el poder tener películas seleccionada por el Festival de Cannes. Ozon, Kawase o Vinterberg han competido varias veces, que muchas veces son los tiempos, si no hubieran acabado para Cannes, igual habrían estado aquí. Pero es verdad que parte de esa selección del festival más importante del mundo nos ha servido para elevar la nuestra. Hay otra parte que nos ha perjudicado claramente, que es el cine español y latinoamericano. Hemos visto menos que nunca. A mí personalmente, la latinoamericana que está en competición me gusta mucho y las dos españolas tiene todo el sentido que estén. Otros años lo complicado era qué elegir, este año no, de hecho, han competido dos cuando intentamos siempre que sean tres.
Pero habéis tenido las dos series del año
Sí, sí, igual que no nos gusta distinguir entre documental o no, que ahora se llama no ficción, si hay una serie de televisión que nos gusta, por qué no. De hecho, me he planteado en varios momentos por qué ‘Antidisturbios’ no iba a competición.
Porque puede ganar
Hemos dudado mucho. Nos parecía maravillosa, nos parece que hay mucho cine dentro. Es un debate que hay que abrirlo. Lo hablaba con Thierry Frémaux, que es un buen amigo, y no está de acuerdo conmigo. Él dice que no, que bajo ningún concepto una serie a concurso. Y yo le dije, Thierry, es cuestión de tiempo. Tenemos una serie que es ‘Antidisturbios’, y me lo he pensado plantear el debate en el equipo, a discutirlo, pero llegará porque se están haciendo productos para televisión que son espléndidos. Y ‘Patria’, si había un sitio que tenía sentido que se estrenase, era aquí. Es una gran serie, no he leído el libro, pero la serie me sorprendió. Y nos interpela a los habitantes de este país, lo que cuenta ‘Patria’ es real. Son cosas que pasaron aquí. No cuenta todo lo que pasó aquí, se pueden contar más historias y relatos desde otros puntos, pero lo que cuenta ‘Patria’ es cierto. A unos les gustará más y a otros menos, pero eso lo vivimos. Ese vacío, el asesinato de un inocente, el ser estigmatizados por ellos, el silencio de los que vivíamos alrededor… Todo eso ha pasado en este país. Fíjate que dos series, Sorogoyen con uno de los productos audiovisuales del año y una serie como ‘Patria’ que está muy bien e interpela a este país de arriba a abajo.
Solo un incidente, la expulsión de Eugène Green, ¿al Festival no le ha temblado el pulso?
No, para nada. Teníamos claro que teníamos que hacer en cada situación. Solo ha habido un incidente reseñable, ha habido otros momentos de decirle a la gente que se colocara bien la mascarilla, pero solo uno grave. Nosotros teníamos un protocolo claro: si alguien se negaba reiteradamente a ponerse la mascarilla o se la quitaba, intervenía el equipo de Covid y eso hacía que la dirección y la Ertzaintza interviniera. Si alguien incumplía la medidas de seguridad y ponía en peligro la seguridad de la gente, lo primero, denunciarle ante la autoridad administrativa, y lo segundo, expulsarle del festival, dejar de ser un invitado. Y nos da igual quien fuera, aunque fuese el invitado más importante del festival. Johnny Depp nunca lo habría hecho porque es una película amabilísima y hacía encantado todo lo que le dijeras. Estamos hablando de la salud de la gente, para nosotros es un tema muy serio. Todo el trabajo y el dinero invertido es porque nos parece muy importante, entonces, que alguien lleno de arrogancia se arrogue el derecho de hacer lo que le da gana, pues lo siento, está en un festival y en un país donde la mascarilla es obligatoria. Si no lo cumples, fuera, no tienes un sitio aquí. Fue muy desagradable, nosotros no lo hubiéramos contado siquiera públicamente, no era la idea, pero el señor Eugène Green, al día siguiente, a un medio francés contó que este ere un país fascista, dictatorial y que el festival le había echado con violencia. Violencia fue la que él mostró con una trabajadora de festival en un par de ocasiones. Nos obligó a sacar una nota de prensa para explicar lo que pasó, con tal mala suerte para el señor Green que en la sala había mucha que lo había visto e incluso un periodista un periodista que lo ha contado en una crónica con pelos y señales. Muy desagradable pero también fue una forma de decir dónde estaba el festival, que no íbamos a admitir ninguna actitud de este estilo.
Y ahora ya preparando la siguiente edición
Sí, ya estamos ofreciendo premios Donostia mientras estamos aquí y jurados. Nunca se para y, por ejemplo, si digo que tengo un material en mi ordenador que si la semana que viene lo queremos, será ya una de las primeras representaciones del festival… Se trabaja así.
Nos pones los dientes largos
Se trabaja con mucho tiempo. Hay cosas que estamos hablando ya desde hace seis meses. Y sobre todo, tantas cosas previstas para este año que se han retrasado, latinoamericanas, españolas… El cine español nos lo enseñan en enero-febrero, si nos interesan, esperan, si no se estrena en primavera y hacen otro circuito. No se para.
Hablaba del debate de las series, hay otro que ha abierto el Festival de Berlín, el de quitar la separación de premios a mejor actor y mejor actriz, que solo haya un premio interpretativo, ¿San Sebastián va por ese camino?
Lo voy a discutir con mi equipo, puede que mi opinión no sea la que finalmente hagamos, pero me gusta trabajar con gente cercana y tomar las decisiones conjuntamente. Yo alabo la decisión de Berlín, la comparto, sé que no es tan fácil, algunos directores de festivales están de acuerdo y otros que no lo ven claro. Creo que es muy bueno que haya sido Berlín el primero que lo hace porque su apuesta por el cine LGTBIQ+ ha sido muy clara. Pienso que es complicado pero el género es una construcción social y cultural, por lo menos en un gran porcentaje, por supuesto hay una parte física que influye, entonces a partir de ahí, cuando hacemos informes vemos que mucha gente su adscripción de género es no binaria. Cuando estás estableciendo hombre o mujer, estás dejando a gente fuera. Y hay otro tema, ante la duda, yo siempre voy a estar con la minoría que sufre. En mi caso, creo que el género es una construcción cultural y tenemos que ir cambiando cosas hacia un premio de interpretación. Es un debate que vamos a abordar a lo largo del año.