La distancia entre las comillas y la verdad
Se usan figuras retóricas estupendas y titulares llamativos que la gente aplaude por su ingenio o su contundencia, pero no por lo que tienen de verdad

Dos declaraciones como ejemplos: la de Pablo Casado acusando al Gobierno de usar a los consejeros como escudos humanos contra el virus, la de PSOE y Podemos acusando al PP de poner en riesgo la monarquía. ¿Por qué? Por la distancia que hay cada vez entre las palabras y los hechos. Una distancia peligrosa que no tiene que ver con la realidad pero ayuda a modelarla, y muchas veces lo que modelan los representantes es lo que se creen los representados. Así que se utilizan figuras retóricas estupendas y se colocan titulares llamativos que la gente aplaude por su ingenio o su contundencia, pero no por lo que tienen de verdad. La realidad es otra cosa y en lugares como el Congreso o el Senado se valora poco porque es muy aburrida, cuando lo meritorio ante un micrófono es conseguir hacer de lo sensato un buen discurso; aquí necesitamos lo sensacional, lo llamativo, lo que sale subrayado de la sede sin que nadie lo haya subrayado en la calle.

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...




