"Las fake news están logrando que gente del siglo XXI piense como en la Edad Media"
Hablamos con el periodista Marc Amorós sobre su nuevo libro: ¿Por qué las fake news nos joden la vida?. 'El riesgo ya no es solo que nos engañen sino que perdamos la capacidad de discernir lo que es verdad y lo que es mentira'
¿Por qué las fake news nos joden la vida?
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Madrid
Ocho de cada diez personas se han creido alguna vez una noticia falsa. El dato tiene su miga especialmente en España teniendo en cuenta que somos los ciudadanos de toda Europa que más leemos 'fake news', los quintos si hablamos de todo el planeta. Más datos: es probable que usted forme parte del 60% que asegura que es capaz de diferenciar una noticia falsa de otra verdadera, pero lo cierto es que eso lo logran muy poquitos, apenas un 15%. La desinformación no sólo cambia lo que pensamos o creemos sino que también modifica nuestro comportamiento y eso puede acarrear problemas muy graves porque aunque las noticias sean falsas sus consecuencias son muy reales y pueden costarnos la salud, la reputación o incluso la vida.
Todo eso es lo que aborda el periodista Marc Amorós en su último libro: '¿Por qué las fake news nos joden la vida?', sobre el que hemos conversado esta tarde en La Ventana . 'Nos joden porque nos invaden por todos lados de un modo que no podemos ni sabemos controlar y eso adultera nuestro consumo de información. Se supone que acudimos a los datos, a las noticias, para tomar las decisiones acertadas, pero si esas noticias son falsas ya es mucho más improbable que acertemos con lo que hacer. Al final las noticias falsas rompen los consensos, en el sentido de que ya no nos ponemos de acuerdo en lo que es la verdad informativa, aunque luego cada cual pueda tener su opinión', explica Amorós.
Las noticias falsas polarizan y apelan a las emociones antes que al pensamiento crítico. Por eso, despropósitos como el que se vive estos días en Madrid en relación con el confinamiento son un buen campo de pruebas. 'Estamos viendo una confusión informativa muy grande y una lucha en la que los datos se convierten en armas políticas para imponer batallas ideológicas y eso es un caldo de cultivo idóneo para la desinformación'.
En ese sentido, explica Amorós en su libro, creernos o no una noticia falsa no tiene nada que ver con ser más o menos inteligente sino que obedece a otros dos factores: nuestra pereza intelectual de no cuestionar lo que ya pensamos o piensa nuestro entorno y nuestra capacidad de dogmatismo. 'Y en ese propósito los algoritmos en las redes sociales nos lo ponen en bandeja. Buscas información sobre Trump y al tercer clic ya te están sugiriendo un enlace o un video sobre teorías conspiranoicas'.
'Las noticias falsas están logrando que una persona piense en el siglo 21 como si hubiera nacido en el siglo 14. La desinformación desintegra las evidencias científicas que hemos ganado con el paso del tiempo y por eso ahora hay casi más terraplanistas que en la Edad Media. Uno de los riesgos de la infodemia que estamos viviendo con el coronavirus es que nos conduzca a imponer nuestras emociones por encima de nuestra capacidad crítica'.
Por cierto, hemos tomado prestada una idea del libro de Marc Amorós para hacer un pequeño experimento en La Ventana. De las siguientes cinco afirmaciones sólo una no es una 'fake news'. ¿Adivinan cuál?
-EXPULSADO DE IKEA POR CAGAR EN UN BAÑO DE MUESTRA
-SUIZA INCORPORA LA HOMEOPATÍA A SU SANIDAD PÚBLICA
-UNA MASCARILLA AUMENTA EL RIESGO DE SUFRIR CÁNCER
-TENER GANAS DE ORINAR, CLAVE PARA TOMAR MEJORES DECISIONES
-PICASSO PINTÓ EL 'GUERNICA' EN RECUERDO DE UN AMIGO TORERO
Respuesta: es la cuarta empezando por arriba