Carlos Boyero y 'Los santos inocentes': centenario del nacimiento de Miguel Delibes
Con motivo del centenario del escritor, el crítico de cine rememoró en La Ventana la adaptación cinematográfica de la novela 'Los Santos inocentes'
Madrid
Este sábado, 17 de octubre, se celebra el centenario del nacimiento de Miguel Delibes. Varias de sus novelas se adaptaron al cine, pero en concreto, "Los santos inocentes", destacó por el mensaje que transmitía en aquel momento: la denuncia de la injusticia social y muestra cómo las jerarquías provocan la deshumanización.
La historia se centra en una familia de campesinos formada por Paco y Régula. El matrimonio vive en una casa humilde y están al servicio de los señores del cortijo, que los humillan y desprecian sin compasión. Su único deseo es que sus hijos estudien y puedan abandonar la vida que llevan. Un día se presenta Azarías, el hermano de Régula, que tiene una deficiencia mental, y lo acaban de despedir de su trabajo. Juntos deberán hacer frente a las penurias típicas de la época.
La obra se publicó en 1981. Tres años después, en 1984, el director de cine Mario Camus la adaptó a la gran pantalla. Carlos Boyero, en este sentido, no dudaría en meterla entre las 10 mejores películas españolas de todos los tiempos. “Es un retrato antológico del sufrimiento, de la humillación, de los débiles, de la crueldad. Es perfecta, no falla nada. Es potente, triste… simplemente magnífica”, argumentó.
El recuerdo a Montgomery Clift
Da la casualidad de que Delibes comparte fecha de nacimiento con la estrella de Hollywood Montgomery Clift, un actor al que el colaborador le guarda “mucho respeto y admiración”.
Clift pertenecía, como Marlon Brando, James Dean o Paul Newman, a la llamada generación del Actor’s Studio. Su seña de identidad, la mirada, transmitía, a juicio del crítico, “intensidad y también tristeza. Fue un tipo muy atormentado por la ocultación de su homosexualidad. En esa época, Hollywood controlaba todo y se le inventaba novias”, explicó.
Boyero también comentó cómo era la vida del actor, marcada por las drogas y cuyo fin no era otro que el de autodestruirse. “A él le iba la marcha sadomasoquista, lo debió de haber pasado muy mal. Debió de morir de todos sus excesos”, lamentó.
El colaborador recordó el accidente de coche que casi le cuesta la vida. Su rostro quedó destrozado y, aun así, le cuesta imaginárselo en un papel de villano.
De hecho, una de las últimas películas que rodó, “Vidas Rebeldes”, “fue un desastre en su vida personal, ya que “al tiempo murió”, narró el colaborador durante su intervención. “El rodaje fue durísimo. Esa película transmite una pesadumbre, destila emoción y mal rollo”, apostilló.
Al entierro de Clift apenas acudieron un puñado de amigos. Su muerte tampoco apareció en las primeras páginas de los diarios. Durante su autodestrucción, todos se habían ido olvidando de él, pero el tiempo y su trabajo en películas como "Yo confieso", "El baile de los malditos" o "La heredera", le colocaron entre los mejores actores de su tiempo.