Éste es el caso

Madrid

Muchas veces la realidad entra mejor por el oído que por los ojos, sobre todo cuando no podemos verla. Pero aunque pudiésemos, a menudo la selección de lo que se escucha da mejor la medida exacta de lo que ocurre. Éste es el caso. Y lo más importante que ocurre desde marzo en este país está en las UCI.

Podemos dar todas las vueltas políticas, sociales y económicas que queramos, pero todo parte de los minutos, las horas y los días que los pacientes y el personal sanitario echan en los hospitales.

Si este reportaje fuese concebido como parte de una trilogía, en algunos casos -los menos, para eso se trabaja en las UCI- la tercera parte no tendría sonido porque sería un cementerio. Y para la primera parte, dirigida a los que creen que su felicidad es inaplazable, elegiría otro lugar al que es difícil de acceder pero más fácil salir: esas fiestas clandestinas de 20, 50 o 100 personas que proliferan en toda España.

La música de esas fiestas puede terminar convirtiéndose en los sonidos del reportaje de Aimar y Víctor. Y de las tres partes, en la primera dependemos de nosotros, en la segunda del personal sanitario, y en la tercera de nadie.