"¿Qué nos va a hacer caso, el Gobierno de Filipinas?": El desgarrador testimonio de la madre de Diego Bello

Madrid

Diego Bello "era un chico extrovertido", recuerda su madre en Hoy por Hoy. Un chico conocido por la sociedad coruñesa, de donde era natural, y que con 19 años comenzó a viajar por el mundo. Primero Londres, más tarde Australia y finalmente se asentó en Filipinas. Allí, abrió una tienda de surf y varios restaurantes junto a unos socios. También allí fue tiroteado por la policía en la entrada de su casa. En el momento de los hechos, Diego convivía con su pareja, una joven filipina.

"Hablábamos prácticamente todos los días. Sabíamos de sus amigos, de sus frustraciones, de sus trabajos, etc. Estuviera donde estuviera nos comunicábamos siempre", explica su madre, Pili. 

La policía acusaba a Diego Bella de ser traficante de cocaína. El informe de medicina legal demostró que no había consumido ningún tipo de droga. La policía, acusaba a Diego de sacar un arma de fuego y utilizarla contra ellos. Las investigaciones posteriores, no han encontrado un gramo de pólvora en la ropa de la víctima. “Hay versiones contradictorias pero ninguna prueba que justifique el informe policial”, explica Nacho Carretero.

Amenazas previas del gobernador de una isla

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Unos meses antes del suceso, un hombre llamado Miguel Villafuerte, gobernador de otra isla y con negocios en la isla que estaba Diego, amenazó de muerte a uno de los socios de Diego. Fue la única advertencia directa que recibieron, más allá de las denuncias y la hostilidad.

A las semanas, llegó un nuevo jefe de policía, según establecen varios testimonios, era amigo de Villafuerte. A partir de ahí cesan las amenazas. “La calma previa a la tempestad”, añade Carretero. Más tarde llegarían las primeras acusaciones de tráfico de droga, aunque no fueron citados en ningún momento. 

“Él nos comentó que estaban un poco asustados porque el gobernador vivía detrás de ellos y que varios guardaespaldas acudieron para que se reunieran con Villafuerte”, explica la madre de Diego, quien incide que les recordaba que “allí la vida no vale nada”.

El hermano de Diego, Bruno, comunicó la muerte a su madre

A Pili le comunicó la muerte de Diego, su otro hijo y hermano de Diego, Bruno. Hazto inmediato, proceden a la denuncia y reclaman que la autopsia se realice en España. En la segunda autopsia, el forense establece que uno de los disparos se hizo con el cuerpo ya en el suelo. “Fue rematado”, añade Carretero.

Cuando van llamando a puertas, el Gobierno les responde que sean ellos quienes se personen en Filipinas e inicien el proceso de denuncia allí con un abogado. Ahora, el Gobierno de España sigue esperando, a través del embajador Moragas reciba respuesta del gobierno filipino. Por eso, Pili se pregunta: “A nosotros, una familia española, ¿qué nos va a hacer caso el Gobierno de filipinas?”. De esta manera, la madre de la víctima insiste al gobierno español que “no les dejen solos” porque lo que le “pasó a Diego le puede pasar a cualquiera”.

“Es un país muy corrupto. Cualquier abogado te vende”, continúa Pili, quien recuerda que en España tiene “derechos” y recalca que a “Diego lo mataron porque sí”.

Pili insiste en que no van a abandonar: “Es la única manera de ayudar a Diego y a nosotros”. “Le pido al Gobierno de España que nos tiene que llevar de la mano. Es un tema político”, zanja