'Borat', la película más bestia que pone en apuros a un asesor de Trump
Sacha Baron Cohen entra en campaña electoral con nueva entrega de Borat, comedia en forma de falso documental que se estrena este viernes en Amazon y que arremete contra los republicanos por sus escándalos sexuales, por la inmigración y por el negacionismo con el coronavirus
Madrid
Hollywood entra en campaña a lo grande. Si el viernes Aaron Sorkin desplegaba su artillería contra la derecha en El juicio a los siete de Chicago, esta semana le toca precisamente, a uno de los actores, de esa película, a Sacha Baron Cohen estrenar su soflama electoral. El actor vuelve con Borat, entrega de un soborno prodigioso al régimen americano para beneficio de la gloriosa nación de Kazakistán, comedia en la que recupera al personaje de periodista de Kazajistán, guarro, racista, machista, homófobo y bastante torpe... Algo así como un Torrente, pero muy politizado.
Si la primera entrega llegaba en el reinado de George Bush, la segunda lo hace con Donald Trump en la Casa Blanca. Las cosas han cambiado y ahora Sancha Baron Cohen es más radical que entonces. La expectación creada ha sido tal que hasta los hermanos Farrelly directores de comedias como Algo pasa con Mary, han anunciado que estamos ante una película que va a cambiar la vida a algunos políticos americanos. Concretamente a Rudolf Giuliani, exalcalde de Nueva York, miembro del partido demócrata y abogado entre otros de Jeffrey Epstein y Donald Trump. ¿Qué pasa con Giuliani exactamente en la cinta? Pues que cae en una trampa similar a la que tendieron a Harvey Weinstein antes de deternerlo.
Esta comedia juega con el formato documental y con esconder todo el rato que hay una mediación de la cámara. Las situaciones bizarras hacen que todo el tiempo nos planteemos si está pactada o una secuencia y otra. La de Giuliani es una de ellas, pero no la única. Giuliani en aquel momento, no reconoció al actor y llamó a la policía. De eso hay constancia en la prensa de aquel día. Tampoco supieron quién era Sacha Baron Cohen cuando irrumpió con una careta de Trump en un mitin de Mike Pence, el vicepresidente de Estados Unidos, para regalarle a su hija menor de edad. Ese es el leitmotiv de la cinta: ofrecer un regalo a Pence para hacer las paces entre países. El regalo es una mujer.
Borat destroza al Partido Republicano, lo hace resaltando el machismo de algunos líderes, mencionando todos los amigos del presidente que han acabado en la cárcel o denunciando el uso de jaulas para los niños migrantes. De hecho, mete a su hija -a la que va a vender sexualmente- en una de las jaulas. Toda una crítica política divertida y audaz, con momentos brillantes que desnudan a todo un país, Estados Unidos, y a toda una fábrica de propaganda como la que ha llevado a Trump a la presidencia.
En una entrevista en The New York Times, Sacha Baron Coen, creador del personaje, productor de la cinta y actor, contaba que tuvo que convivir haciendo de su personaje durante cinco días con un par de votantes republicanos conspiracionistas. Vamos, que le faltó estar en casa de Miguel Bosé. También monta un escándalo en una sinagoga judía o en un congreso de mujeres católicas y conservadoras, donde la menstruacción será la gran arma arrojadiza.
El rodaje de Borat fue modificándose por el coronavirus, de hecho, hasta se incluye en la trama y es que la suya es la primera película rodada en plenas restricciones de movilidad durante la pandemia.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...