Rectificar es sabio; reincidir, irresponsable

Madrid

Ayer comentamos el revuelo suscitado por la fiesta del diario digital El Español. Un acto de entrega de premios con cena incluida al que asistieron casi un centenar de personas: deportistas, empresarios, periodistas, tres presidentes autonómicos, los líderes del PP y de Ciudadanos y cuatro ministros, entre ellos el titular de Sanidad, Salvador Illa. Y aunque, en principio, se cumplieron limitaciones y aforos, ya se sabe cómo acaban estas cosas cuando, aun sin llegar a los cantos regionales, llega el momento de exaltación de la amistad: con distancias no guardadas, saludos indebidos, secretos al oído, alguna mascarilla arriada… que han despertado la indignación en una sociedad que vive en estado de alarma o, directamente, confinada, y en un momento en el que hasta la Última Cena habría que celebrarla por turnos.

Ayer comentamos el revuelo suscitado por la fiesta del diario digital El Español. Un acto de entrega de premios con cena incluida al que asistieron casi un centenar de personas: deportistas, empresarios, tres presidentes autonómicos, los líderes del PP y de Ciudadanos y cuatro ministros, entre ellos el titular de Sanidad, Salvador Illa. Y aunque, en principio, se cumplieron limitaciones y aforos, ya se sabe cómo acaban estas cosas cuando llega el momento de exaltación de la amistad: con distancias no guardadas, saludos indebidos, alguna mascarilla arriada… que han despertado la indignación en una sociedad que vive en estado de alarma o, directamente, confinada.

La ministra portavoz, María Jesús Montero, dijo ayer que había que hacer una autorreflexión. El ministro Illa, la ha hecho: "Muchos ciudadanos no lo han entendido y quiero decirles que tienen razón. Es verdad que se cumplía con las reglas y se cumplía con las distancias, pero tienen razón. Fíjense que hasta en los actos en los que se cumplen todos los requisitos -hasta en esos casos- es mejor evitarlos. El camino es tan solo uno, la mejor distancia es no estar y todos debemos guiarnos por ese camino".

La verdad es que es muy saludable que alguien entone el mea culpa en una época en la que se eluden, se niegan o se transfieren responsabilidades o, sencillamente, se diluyen en el extendido “y tú más”. Sólo cabe esperar que no se repita. Porque rectificar es de sabios, sí, pero tener que hacerlo repetidamente demostraría una irresponsabilidad impropia en quienes cada día nos exigen responsabilidad.