La cultura desespera
La sociedad sufre, se castiga la economía y la cultura desespera, como parece que nadie sabe nada y entre todos sabemos poco. Miramos a nuestro alrededor y vemos que van tan a ciegas como nosotros. Eso sí era una reacción provinciana

Madrid
Mientras los gobiernos autonómicos persiguen al virus con medidas dispares, el Ejecutivo central les brinda el marco legal para darles cobertura, aunque limitada. La aprobación hoy por amplia mayoría del estado de alarma para seis meses vuelve a abrir, por otra parte, el debate jurídico sobre si esta medida extraordinaria se puede tomar constitucionalmente, sin dar explicaciones ni requerir sus prórrogas quincenales en el Congreso, como consta en el artículo 116 de la Carta Magna.
A este debate de letrados hay que sumar el de los científicos que siguen persiguiendo las bases víricas de la pandemia con otros desencuentros que demuestran la escasa seguridad de los especialistas sobre si se está haciendo lo correcto. Mientras, las autoridades sanitarias toman medidas para contener la curva de contagio y evitar que se desborden los hospitales sin poder garantizarnos que, una vez conseguido, la desescalada no sea otro bajón en la montaña rusa que sirva al Hobbit para coger un nuevo impulso que le permita volver a las andadas, se confinan perimetralmente, ciudades, regiones y nacionalidades, de manera que en algunos casos se doblan sus fronteras ya establecidas como si tuvieran que controlarse mutuamente.
Por ejemplo, Aragón con Cataluña, Castilla-La Mancha con Andalucía o Murcia o La Rioja con Euskadi, por citar sólo tres, que evidencian que el camino federal de nuestro mapa autonómico sigue sin coordinarse, como hace Alemania, por ejemplo. En consecuencia, la sociedad sufre, se castiga la economía y la cultura desespera, como parece que nadie sabe nada y entre todos sabemos poco. Miramos a nuestro alrededor y vemos que van tan a ciegas como nosotros. Eso sí era una reacción provinciana. Pensamos que si Macron o Merkel hacen lo mismo es que por lo menos no estamos solos. Triste consuelo para tanta tragedia.




