Desconcierto generalizado
Vivimos días de llamas, cunden las manifestaciones en las esquinas menos previsibles de la piel del toro, de Logroño a Burgos. Desconcierto generalizado, carentes de una interpretación para lo que está sucediendo. Su gratuidad, su ingravidez, se nos hace insoportable

Madrid
Vivimos días de llamas, cunden las manifestaciones en las esquinas menos previsibles de la piel del toro, de Logroño a Burgos. Desconcierto generalizado, carentes de una interpretación para lo que está sucediendo. Su gratuidad, su ingravidez, se nos hace insoportable.
Necesitamos pasar de la casualidad de lo fortuito a la causalidad que recupere su vigencia la ley de la Gravitación Universal, donde las sensaciones responden a los estímulos que la policía no encuentra conexión alguna entre los diferentes grupos surgidos en más de 20 ciudades españolas y que sólo para tranquilizarnos atribuye ambos a desacuerdos con la declaración del estado de alarma y el toque de queda. Lo agrava todo.
Así, acciones delirantes y sin sentido ocupan espacios de privilegio en los medios informativos, mientras las redes sociales ponen en escena a sus protagonistas, que reciben gratificaciones simbólicas emocionan a los otros y se sienten halagados por sus aprobaciones. ¿Y el ministro del Interior? Desaparecido, ¿hasta cuándo?




