La clave de Pensilvania para ganar la Presidencia de Estados Unidos
Los dos candidatos se centran en este estado del cinturón industrial en la recta final de la campaña donde Biden lidera las encuestas
La clave de Pensilvania para ganar la Presidencia de EEUU
08:12
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1604337179_839_cut/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
De los cincuenta estados en los que se divide Estados Unidos la clave para ganar la presidencia la tienen seis. Seis estados bisagra, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Carolina del Norte, Florida y Arizona. Los estrategas de cada campaña hacen cábalas, condado por condado, para saber dónde tienen más posibilidades sus candidatos y en el centro de sus dianas está Pensilvania.
Donald Trump sorprendió en 2016 venciendo en este estado por tan solo 0,7% de diferencia. Fue un logro histórico, no ganaba un republicano en Pensilvania desde 1988, cuando lo hizo Bush padre.
Pensilvania es el estado natal de Joe Biden, natural de Scranton, una ciudad minera del noreste del estado. Su familia se mudó a Delaware cuando él tenía once años.
Para Trump, perder Pensilvania supone reducir mucho las posibilidades de la reelección. Este estado del “cinturón industrial” aporta 20 votos del Colegio Electoral y si el candidato republicano falla aquí, no podría perder en estados como Michigan y Wisconsin, que consiguió en 2016, pero donde ahora está por detrás en las encuestas, con una diferencia considerable de ocho puntos.
Pedro Rodríguez: "Todo empieza y acaba en Florida porque es una representación perfecta de EE.UU."
06:11
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1604308573_032073/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Para Joe Biden uno de los escenarios más factibles es recuperar Michigan, Wisconsin y Pensilvania, además de mantener los estados que ganó Hillary Clinton en 2016. Con esto le bastaría para ganar la presidencia. El más difícil de los tres es Pensilvania, que encabeza con una diferencia de cinco puntos. En contraste con Trump, si el demócrata pierde este estado tiene más opciones de sumar los votos en otros territorios tradicionalmente republicanos donde ahora es competitivo: Arizona, Carolina del Norte o Georgia. Más difícil lo tiene en Florida donde los rivales están en empate técnico pero es otra alternativa está abierta.
Los dos candidatos han centrado sus campañas durante el fin de semana en Pensilvania. Los dos van a hacer campaña este lunes, el último día antes de las elecciones. Ambos están prometiendo a los votantes la creación de puestos de trabajo, en un estado de tradición minera, que a mediados del siglo XX entró una crisis industrial y económica de la que no se ha recuperado.
La campaña de Trump cogió aire a finales de octubre en este estado cuando Joe Biden reconoció en el último debate que quiere eliminar gradualmente los combustibles fósiles, el principal motor económico de Pensilvania.
Trump repite en cada uno de sus discursos que su rival quiere “prohibir el fracking, la minería y el gas natural”. Asegura que con Biden como presidente “no habrá aire acondicionado en verano ni calefacción en invierno ni electricidad”. Obviamente, Biden no propone prohibir nada de esto, ni siquiera eliminar el fracking en los sitios donde ya se está produciendo, sí que dice que no concederá nuevas extracciones. El demócrata matiza que apuesta por una “transición ecológica hasta 2050, con la creación de puestos de trabajo centrados en las energías renovables”.
La clave de Pensilvania va a estar también en el recuento de votos. Este estado no permite procesar las papeletas emitidas de forma anticipada hasta el mismo día de las elecciones y ha prorrogado el recuento hasta el día seis, tres días después de las presidenciales, con autorización del Tribunal Supremo.
Así que, si los resultados no se resuelven en estados como Florida, donde el recuento se espera que se termine en la misma noche electoral, se puede dar el escenario en el que tardemos días en conocer quién será el próximo presidente de Estados Unidos.