La segunda ola empresarial
Los países de nuestro entorno anuncian nuevos confinamientos y medidas de apoyo a las empresas, algo que aún no ha hecho España. Lo analizamos con Ignacio Molina, del Real Instituto Elcano.
Madrid
Tras una primera ola en la que la crisis sanitaria puso a prueba a las economías europeas y frente a la que, según datos del FMI, España desembolsó menos que sus vecinos - Alemania invirtió un 14,1% de su PIB en ayudas directas a las empresas (750.000 millones de euros); Francia un 6,2%; Italia un 5,1% y, muy lejos de estas cifras, España dedicó un 3,6%- la segunda ola de la pandemia que se extiende por el continente deja en evidencia que nuestro país vuelve a quedar rezagado a la hora de establecer un escudo económico para apoyar a las empresas.
La cobertura de los trabajadores sí ha sido más extensa, aunque su aplicación ha tenido complicaciones: en el pico de la pandemia, 3,4 millones de trabajadores se adhirieron a los ERTEs, un millón de nuevos parados recibieron prestación, 1,5 millones de autónomos se beneficiaron de las ayudas por la reducción de ingresos y 250.000 personas pudieron acogerse a las bajas por coronavirus: en total, más de 6 millones de trabajadores se vieron beneficiados por estas medidas (un 30% de la población ocupada).
Frente a la segunda ola, países como Francia, Alemania e Italia ya han anunciado nuevos confinamientos y también nuevas coberturas empresariales. Alemania pone en marcha un apoyo masivo frente al cierre parcial: la cultura y la hostelería recibirán hasta 10.000 millones de euros. Las empresas que cuenten con menos de 50 empleados, percibirán hasta el 75% de facturación que hicieran durante el mismo período del año pasado; las grandes, hasta el 70%. En Francia, la inversión directa alcanza los 15.000 millones de euros: las empresas de menos de 50 trabajadores, recibirán 10.000 euros si se ven obligadas a cerrar en noviembre; 6.000 millones se destinarán al Fondo de Solidaridad para pymes y autónomos, 7000 millones a los ERTEs, 1000 millones para las exoneraciones fiscales y otros 1000 millones para los alquileres de las sociedades. En Italia ya se ha puesto en marcha crédito inmediato a bajo interés de hasta 30.000 euros para autónomos, y hasta 100.000 para pymes e indemnizaciones a fondo perdido de las perdidas registradas durante este año.
Ignacio Molina, Investigador Principal del Real Instituto Elcano y profesor del departamento de Ciencia Política y RRII en la Universidad Autónoma de Madrid admite que España “realmente está rezagada” y lo está “por razones que tienen que ver, no tanto con una decisión política, que seguramente también, sino con una cuestión de capacidad fiscal. La capacidad fiscal que tienen Alemania o Francia es muchísimo mayor, y es verdad que Italia, que tiene una deuda y una situación de déficit relativamente similar a España ha reaccionado más rápido. En el caso de España, la parte de los ERTEs e incluso las ayudas a los más vulnerables es relativamente comprable a lo que están haciendo en el resto de Europa, pero no en la parte empresarial”. “No obstante, según un informe del Banco de España, España estaba cumpliendo al final del verano, lo que son créditos ICO de una manera más rápida que el resto de países, tal vez porque había más empresas afectadas” apunta Molina.
