El Barça resuelve el trámite ante un Dinamo de Kiev mermado por la COVID-19
El conjunto azulgrana suma su tercera victoria en Champions y mete pie y medio en octavos
El FC Barcelona hizo los deberes ante un Dinamo de Kiev que solo pudo contar con trece futbolistas de la primera plantilla afectado por un brote de coronavirus. Los de Koeman sufrieron las embestidas visitantes desde que se adelantaron gracias a un nuevo gol de Messi de penalti hasta que Piqué puso distancia en el marcador. Las ocasiones se sucedieron durante todo el choque, pero tanto Neshcheret como Ter Stegen evitaron un electrónico más abultado.
La superioridad culé no tardó en materializarse. Messi recogió un balón al borde del área del Dinamo de Kiev y fue derribado por un defensor ucraniano. El colegiado señaló falta en primera instancia, pero el contacto se había producido dentro del área, por lo que el VAR corrigió la decisión y el propio Messi anotó la pena máxima, convirtiendo su tercer penalti en esta temporada.
Los locales, lejos de echar el freno tras adelantarse en el marcador, intentaron romper la línea defensiva del conjunto de Kiev de forma constante. Con el paso de los minutos y siempre partiendo desde la retaguardia, los visitantes se soltaron y fueron ganando metros sobre el campo azulgrana. La oportunidad para los ucranianos llegó en el minuto 34 cuando Vitaliy Buyalskiy solo tuvo que poner la cabeza para enviar la pelota a la portería defendida por Ter Stegen, pero el alemán sacó una mano prodigiosa que evitó el empate.
El Dinamo de Kiev persistió al inicio de la segunda parte. El guardameta del Barça salvó por segunda vez a los suyos y, un minuto después, el árbitro anuló el gol anotado por Kedziora porque el balón había salido por la línea de fondo en el centro previo al remate. Hubo que esperar hasta el minuto 63 para anotar la primera ocasión clara para los de Koeman, pero volvió a emerger la figura del inexperto Neshcheret, que disputaba hoy su segundo partido como profesional.
Los ucranianos perdonaron demasiado y el fútbol los castigó. Piqué confió en su instinto y esperó el centro medido que salió de las botas de Ansu Fati para girar el cuello y mandar el esférico al fondo de las mallas. Pero todavía había tiempo para que se recompensara la actuación de los visitantes con el gol obra de Tsygankov.