Sophia Loren: ''Voy a seguir trabajando hasta el final"
La actriz italiana protagoniza 'La vida por delante', un drama sobre la inmigración que dirige su hijo Eduardo Ponti, y que supone el último trabajo a sus 86 años
Madrid
A sus 86 años Sofia Loren sigue siendo una de las mujeres más deslumbrantes del mundo del cine. Lo demuestra en La vida por delante, la película que dirige su hijo, Carlo Ponti, y que ha protagonizado después de diez años sin rodar una película. "Me ha encantado trabajar con mi hijo, por supuesto que sí", decía en un encuentro online organizado por Netflix, plataforma que exhibirá la película desde el próximo 11 de noviembre.
No es la primera vez que se pone delante de las cámaras de Ponti, pues ya lo hizo en 'Between Strangers' (2002)' y en el corto 'Voce humana' (2014). La vida por delante es su primera película desde entonces. "Trabajaré todo lo que pueda, claro que sí", contestaba la actriz en este coloquio, moderado por Isabella Rossellini.
En este drama, que adapta la novela de escrita en 1975 por Romain Gary, interpreta a una superviviente del Holocausto que acoge en su casa a un niño africano inmigrante, que ha perdido a sus padres. "Quería que hiciese cosas que nunca hubiera hecho, espontáneas. Creo que el resultado es que vemos una Sofia Loren familiar, con esa autenticidad y vitalidad que siempre tiene, pero con cosas nunca, más profundas de su experiencia en la vida", decía Carlo Ponti sobre el trabajo de su madre en esta película. Renato Carpentieri, Iosif Diego Pirvu, Massimiliano Rossi, Abril Zamora y Babak Karimi completan el reparto de un filme con vocación de hacer reflexionar sobre el trato a los migrantes y las duras condiciones de los niños que vienen a Europa.
Sofía Loren rompió moldes en Hollywood. Primero porque era italiana, después porque suponía una belleza completamente diferente del canón de Hollywood y después, porque venía de una familia muy pobre. "El personaje de Madame Rosa tiene la misma fragilidad que tenía mi madre", reconoce la actriz, que dice que el único modelo de mujer que ella ha seguido es, precisamente, el de su progenitora.
"Cuando era pequeña, en la guerra, mi madre estaba en casa conmigo y con mi abuela, y vivimos todo tipo de desastres. Ella estaba en contra de entrar en la guerra y, aunque estuviera asustada, siempre estaba con nosotras, durante las bombas, durante la guerra, todas las noches jugábamos y olvidábamos la guerra. No era una vida agradable, pero cuando eres niño, cada caricia, cada sonrisa que te dan, te hace feliz, incluso en medio de una guerra", recordaba así su infancia.
Hija de madre soltera, creció en un ambiente pobre, en los suburbios de Nápoles en los tiempos de la II Guerra Mundial, hasta que a los 17 años fue descubierta por el productor Carlo Ponti, 22 años mayor, con quien se casó en México en 1957 y tuvo a sus hijos Carlo y Edoardo. Fue Vittorio De Sica quien primero confió en ella.
"A De Sica le gustaba trabajar con actores no profesionales, porque en realidad lo que no le gustaba era los malos actores. Cuando me vio, yo tenía 17 años, me preguntó si había ido a la escuela. Le dije que no, porque la guerra nos había tratado fatal. No sabía ni escribir. ¡Y se puso contento! Me dijo, vamos a empezar a rodar mañana, te mandaremos el guion y puedes inventarte y decir lo que quieras, eres bella, eres una chica de la calle, no pasa nada. Ese fue mi primer encuentro con De Sica", cuenta la actriz sobre su papel en El oro de Nápoles, una película que la actriz napolitana rodó en el año 54.
"Pensaba que él era un dios", dice refiriéndose al director, uno de los emblemas del neorrealismo italiano. "Cuando tuve que firmar el contrato, no me lo creía. Fue un momento increíble, mi primer encuentro con Vittorio de Sica, fue el encuentro de mi vida. Siempre tan agradable, hicimos tantas cosas, siempre tan feliz cuando él me daba la enhorabuena. Las mejores cosas que he hecho en el cine han sido con él", reconoce la actriz.
En El oro de Nápoles se convirtió en una vendedora de pizzas y, seis años más tarde, protagonizó Dos mujeres, película con la que ganó su primer Oscar con 28 años. La segunda estatuilla la levantó en 1991, esta vez en reconocimiento a su carrera. Desde entonces ha trabajdo en más de 120 películas, con los grandes actores y actrices del cine mundial. Su nombre aparece en títulos como Atila, Matrimonio a la italiana, Los girasoles, Nine o Una jornada particular, una de sus favoritas y a la que Ponti homenajea, con una escena en la azotea, en esta película.
Dice Sofía Loren que es muy tímida y que solo se siente a salvo en su casa con su familia y en el set de rodaje. Que lo más difícil ha sido ser ella misma delante de desconocidos y admiradores. "Siempre intento encontrar el momento de ser capaz de ser yo misma y de ser una persona normal; pero es difícil tener todo eso junto".
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...