El dinosaurio seguía aquí
Bruselas agrava la previsión económica para España más de lo previsto en julio. La segunda ola de la pandemia es la responsable, aunque al Gobierno no le gusta que se lo digan.
El dinosaurio seguía aquí
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Madrid
Bruselas agrava la previsión económica para España más de lo previsto en julio. La segunda ola de la pandemia es la responsable, aunque al Gobierno no le gusta que se lo digan. Ni la vicepresidenta Calviño ni el ministro Escribá creen que el mal sea tan contundente y lo justifican con los datos del tercer trimestre, que sorprendieron por la rápida recuperación de la tendencia hasta entonces desoladora.
Sucede, no obstante, que era verano. Habíamos salido del estado de alarma, necesitábamos liberarnos del confinamiento y el cuerpo nos pedía desatarnos. Tampoco podíamos viajar y optamos por unas vacaciones de gasto casero. Las medidas de contención se relajaron y se contrató a trabajadores temporales para la atípica campaña turística. Pero como en el cuento de Monterroso, el dinosaurio seguía allí. Llámenle COVID. Y en octubre recuperó su fuerza, nunca del todo abandonada.
Hasta hoy, que según una encuesta del Instituto Gesap, la mitad de los españoles admite que la crisis está afectando directamente su bolsillo y que la confianza en que el próximo año la situación mejore es poca o ninguna, para tres de cada cuatro ciudadanos. Y ya se sabe que sin confianza el consumo sufre y sin consumo la economía descarrila. Por mucho que Pedro Sánchez haya depositado hoy en Valencia la esperanza en la transición ecológica y la digitalización, como por otra parte ya se sabía. Pero esto necesita tiempo y el dinero que esperamos de Europa.
Es lógico, pues, que si hasta la próxima primavera no parece que podamos contar ni con los billetes ni con la vacuna, el Banco de España no sitúe el efecto de la recuperación hasta el 2022. Esto se hará largo y mientras lo único asegurado seguirá siendo la incertidumbre o la desilusión, porque incluso los Reyes Magos pueden quedar confinados. La Generalitat ya ha dicho que no habrá cabalgatas.