Siempre quise ser francés
"Hasta el atentado, Charlie Hebdo era para mí sólo mi manera de reír a ratos. Uno nunca se hace cargo de las cosas. La inocencia y la libertad se parecen, y por eso toda la gente es libre hasta que se demuestra lo contrario"
'Siempre quise ser francés', por Javier Pérez Andújar
03:27
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1604739264_451554/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Barcelona
Siempre quise ser francés como Mathieu de Taillac. Pero mi Francia es la de los tebeos. Desde Astérix hasta Charlie Hebdo. También, el perrito Pif, otro personaje de las viñetas francesas, que fue famoso antes que Idéfix, y que lo creó José Cabrero Arnal, un aragonés republicano. En Cabrero Arnal está la Francia del exilio español; pero parte de mi familia es la Francia de la vendimia, es decir, la de los emigrantes españoles que se fueron a Perpiñán a coger uvas, y allí se quedaron para siempre. Antes que de la torre Eiffel, tengo memoria de los quesitos la Vaca Que Ríe. Para mí, Francia era esa vaca. El dibujo de la cara de esa vaca. Las cosas solo las comprendo través de su representación. No alcanzo a la realidad, no la asimilo. Me la tiene que contar alguien. Por eso, nunca le di toda su importancia a Charlie Hebdo, hasta que mataron a sus dibujantes en la redacción de la revista. Estaban entre la plaza de la República y la plaza de la Bastilla, en el París de la Revolución y de las revueltas populares del siglo XIX. Victor Hugo había llamado a esas calles el viejo barrio heroico. Hasta el atentado, Charlie Hebdo era para mí sólo mi manera de reír a ratos. Uno nunca se hace cargo de las cosas. La inocencia y la libertad se parecen, y por eso toda la gente es libre hasta que se demuestra lo contrario. Y esto es lo que quieren manifestarnos ahora: que no somos libres. Si un profesor enseña en clase las viñetas por las que mataron a aquellos dibujantes, viene alguien y le corta la cabeza en la calle. O si una revista satiriza a un jefe de Estado, se manifiestan países enteros en contra de la revista. En contra de los dibujos. Entonces, mediante las viñetas, es decir, a través de la representación, comprendemos la libertad.