Alivio global
Todos nuestros problemas siguen ahí, pero el alivio global por la derrota de Trump demuestra hasta qué punto todos percibíamos su presidencia como un peligro global también

Madrid
Estamos tan necesitados de buenas noticias que el anuncio hoy de que la vacuna de la farmacéutica Pfizer es efectiva en el 90% de los casos, ha disparado las bolsas y nos ha contagiado de esperanza a todos. Bienvenida sea, aunque sepamos que el proceso será lento, que todavía está en fase de pruebas y que luego hay que producir y distribuir a gran escala.
Pero noticias como esta le ponen límites a la incertidumbre porque vivimos sin fechas en este otoño de la pandemia. Es más fácil cumplir con las restricciones que impone el virus sabiendo que la ciencia está haciendo su trabajo a marchas forzadas y que tarde o temprano dará frutos. Aunque el presente sea muy complicado todavía, 512 muertos en España hemos desde el viernes, y los contagios caen ligeramente pero siguen por encima de 50.000.
A ver si este 2020 termina mejor de lo que empezó. Hoy ha sido la esperanza en la vacuna y este fin de semana fue la certeza de que Donald Trump no seguirá siendo presidente de Estados Unidos. Tras la noticia de la vacuna, Biden ha hablado y el cambio de discurso sobre la pandemia con respecto a su antecesor, ha sido brutal.
Todos nuestros problemas siguen ahí, pero el alivio global por la derrota de Trump demuestra hasta qué punto todos percibíamos su presidencia como un peligro global también. Ojalá ayude a eliminar la brutalidad que él introdujo en las relaciones institucionales y políticas. Pero este es tiempo también para reflexionar sobre por qué le votan, a él y a otros como él. Como escribe hoy Daniel Innerarity en 'La Vanguardia' solo con el desprecio no llegaremos a saber qué se ha roto en esta sociedad para que un líder como Trump conserve 70 millones de votos.




