Sociológicamente letal

Barcelona

Las comparaciones son tan odiosas como a veces inevitables. Si durante la rebelión de Díaz Ayuso contra el gobierno de Pedro Sánchez por la pandemia, se la acusó no sin razón de haber hecho suyas las posiciones y las proclamas anteriores de los independentistas catalanes pasadas por el tamiz de la salud y la libertad de los madrileños.

Ahora es el Gobierno de la Generalitat el que se mira en el espejo de Madrid sin aceptarlo públicamente. Por supuesto. Intenta encontrar soluciones a las restricciones económicas, fruto de las medidas tomadas para controlar la situación de revuelta social por parte de los sectores más afectados, que ya son casi todos. Y allí donde hasta hace un mes todo eran ridiculizaciones. Ahora son preguntas y voluntad de saber para copiar disimulando.

Son los test de antígenos, contestan los científicos, poco atendidos por el gobierno catalán, que han estudiado la comparativa y acusan a la Generalitat de haberse dejado llevar por el conservadurismo administrativo antes que por abrazar el atrevimiento científico. Por eso la portavoz ha anunciado hoy una estrategia sin concretarla para testar masivamente a la población. Y lo ha dicho justo después de que la Comunidad de Madrid haya anunciado la suya.

Esta sí, a partir de la iniciativa y ya aplicada. El espíritu de la Navidad, pues les une y con él la preocupación, porque por mucho que hayan surtido efecto las precauciones de noviembre, estas tienen su límite en el tiempo. El virus no tiene fiestas en su calendario y siempre estará allí. El doble virus, por cierto, el virus biológico y el político, uno reciente y preocupante, el otro endémico y constante, y la suma de los dos sociológicamente letal.