Antonio Garrigues: "Un país con excesivas desigualdades tiene poca sostenibilidad"

Madrid

El despacho de abogados Garrigues, con oficinas propias en 13 países de cuatro continentes, tiene su sede social a pocos metros de la Plaza de Colón, en Madrid, un complejo de 16.000 metros cuadrados, distribuidos en despachos acristalados, espacios abiertos, un auditorio y salas de reuniones.

La sala Pamplona, frente a la sala Río de Janeiro, tiene las paredes claras, una mesa amplia, cuatro sillas y una pantalla. Antonio Garrigues Walker, jurista y presidente de honor del despacho, 86 años, viste traje azul oscuro. Entra en la sala con un paraguas verde inglés, color corporativo del despacho, a juego con los cuadernos de notas que hay sobre la mesa. Al lado de los cuadernos, dos bolígrafos sin estrenar, dos botellas de agua y dos botes de gel hidroalcohólico. Antes de sentarse, pide un café descafeinado.

Antonio Garrigues Walker pinta, escribe ensayo, teatro y poesía. “Me deleite escribirla. Ahora estoy escribiendo un poema que empieza: Las palabras no tienen la culpa de su límite…”

Testigo de la transformación política, económica y social de España y jurista de prestigio mundial con vocación humanística y con una visión fiel al liberalismo clásico, ha escrito un ensayo en el que reflexiona sobre la pandemia y el mundo que nos deja.

Haciendo un guiño a la autobiografía de Gabriel García Márquez, lo ha titulado Sobrevivir para contarla. Infectado de la Covid-19 como tantos millones de personas, ha salido de la enfermedad con un filtro añadido, como si llevara unas gafas de aumento que le permitieran auscultar la realidad. Aquí se contienen algunas de sus reflexiones.