El motivo por el que España debe tener vacunas propias
Europa se está quedando atrás en la innovación farmacéutica. Solo uno de cada cuatro ensayos de vacunas contra el COVID está liderado por empresas europeas. Más allá del coronavirus, Europa ha pasado de ser la punta de lanza de la I+D biomédica a aportar solo el 20% de los nuevos medicamentos
Todo esto a costa de que China y EEUU crezcan exponencialmente y se hayan convertido en la nueva referencia farmacéutica
¿Por qué es importante tener una buena estrategia de inversión en ciencia?
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Madrid
La lucha contra el COVID-19 ha tenido muchos frentes. Primero, fue en los hospitales, después en los centros de Atención Primaria y ahora en la carrera contrarreloj por encontrar una vacuna que nos devuelva a la vida normal. Los laboratorios corren para ser los primeros y la pregunta es si Europa se ha quedado atrás, ¿hemos partido todos desde el mismo punto? ¿Corremos todos a la misma velocidad?
Lo cierto es que los últimos datos no dejan bien ni a España ni a Europa, solo una de cada cuatro empresas europeas ha desarrollado algún prototipo de vacuna contra el COVID-19, pero el problema es aún más grande. Europa llegó a ser punta de lanza del I+D en biomedicina y ahora apenas es capaz de producir el 20% de los medicamentos que se generan en todo el mundo, a costa de otros dos gigantes: China y Estados Unidos.
El científico del CSIC, Vicente Larraga ha pasado por los micrófonos de la Cadena SER en 'Hora 25' con Pepa Bueno. Hablamos también con Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.
La falta de inversión
Nuestra carrera es otra. Lo que nosotros pretendemos es que la tecnología española sea capaz de proteger a sus propios ciudadanos. Se trata de una acción estratégica porque no podemos depender de las multinacionales. Hay que tener capacidad propia. Nos falta dinero y organización. El estado de alarma ha supuesto a veces una traba para contratar personal. Tener ordenadores no significa que la administración funcione mejor.
La subida del presupuesto
Después de los años horribles que hemos tenido, está muy bien. Pero también hay que considerar que hay que hacerlo con cabeza. La investigación requiere una planificación. La planificación es tan importante como el dinero. Sobre todo después del tiempo tan malo que hemos pasado.
Las vacunas españolas
A lo largo del año que viene deberíamos funcionar como los demás, estamos terminando la fase preclínica. Tenemos un candidato que ofrece una buena activación del sistema inmune y protege frente al virus en el modelo animal. Ahora tenemos que hacer cosas más rutinarias. Hay que probar las dosis. Eso va mejorando la eficiencia de una vacuna. Cuando empezó Moderna tenían una eficacia del 35%. Estamos ya en el final de la fase preclínica. La AEMPS nos tiene que dar permiso para comenzar a probar la vacuna en humanos.
Para quién serán las vacunas españolas
Hay que hacer una acción estratégica. La nuestra no va a necesitar la cadena de frío. En nuestro caso no existe, tenemos una ventaja estratégica muy importante. Es absolutamente segura, la hemos probado en una vacuna previa. Hay que utilizar el punto de vista estratégico. Por ejemplo, China ofrece vacunas gratuitas a África. Hay un porcentaje de ganar amigos.
La pandemia ha dejado al descubierto las diferentes velocidades que hay en la investigación científica, la desigualdad que provoca tener los recursos necesarios para investigar o no tenerlos. Pero la pandemia solo ha sido el espejo, estas debilidades van más allá de la búsqueda de una vacuna para el COVID. Europa ha dejado de ser protagonista en innovación farmacéutica y ha cedido ese terreno a potencias como Estados Unidos. Hemos hablado también con Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.
El retraso de Europa
Es grave que tengamos un importante retraso con EEUU. Porque esos productos van a ocupar el mercado. También tiene consecuencias sociosanitarias; tiene que ver con una pérdida de estrategia biomédica. Hemos tenido mucha dependencia de los países asiáticos. Es difícil competir con países que tienen estándares regulatorios menos exigentes. Además de condiciones completamente diferentes. Europa debe recobrar capacidad estratégica.
Europa no lo hace mal, pero debe hacerlo mejor. Invertimos el orden de 35.000 millones de euros. Se trata de hacerlo mejor. La pandemia nos ha situado en esa situación en una dependencia en algunos medicamentos.
Las diferencias con EEUU
Tienen un modelo radicalmente distinto al nuestro. Es más atractivo para la inversión. El ecosistema también de investigación que existe allí es muy distinto. El sector productivo es el que tiene que dar visibilidad. Tienen menos limitaciones en las ayudas. Las vacunas americanas han contado con una inversión muy diferente y más grande.
Las vacunas para 'todos'
La industria farmacéutica hizo una declaración auspiciada por los departamentos de salud para que el reparto de las vacunas sea equitativo. Se trata de erradicar la enfermedad. Los modelos tradicionales son más baratos. Lo que se trata es que la inmunidad alcance ese 70% del que hablamos.