¿Te pondrías la vacuna?
El rechazo de los negacionistas me parece un disparate, pero se corresponde con la paranoica película que se han montado sobre una mano negra que dirige al mundo desde las tinieblas, pero me resulta inexplicable el recelo del ciudadano común
undefinedVÍDEO: ROBERTO CUADRADO
Madrid
Ya están aquí las vacunas. El lunes que viene, dentro de cuatro días, comenzarán a administrarse en el Reino Unido y no tardarán en llegar aquí. Y a medida que se acercan se aviva el debate sobre la confianza que inspiran. ¿Tú te la pondrías? Si o no, este es el interrogante del momento con el que uno se topa en todas partes. Un interrogante que no acierto a entender. El rechazo de los negacionistas me parece un disparate, pero se corresponde con la paranoica película que se han montado sobre una mano negra que dirige al mundo desde las tinieblas, pero me resulta inexplicable el recelo del ciudadano común, ese que se entrega sin reservas a cualquier prescripción facultativa y que acepta sin un pestañeo lo que se le apliquen los centros médicos, pero que de pronto desconfía la histórica confianza otorgada que repentinamente quiebra. D
¿Te pondrías la vacuna?
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Desde hace unos años viene creciendo la tropa de los que bucean en Google y en un plis plas ya sabe más que los médicos después de largos años de carrera y ejercicio de la profesión y ahora se les unen los captados por una incipiente histeria colectiva que no tiene ni pies ni cabeza.
Ayudemos a la confianza con unas gotas de racionalidad. Nadie tomaría ni el más inofensivo analgésico si se leyera el prospecto como un catálogo de amenazas. No es imaginable que las agencias del medicamento se salten las líneas de precaución en un asunto de esta envergadura, aunque aprieten las prisas, ni que un laboratorio internacional se arriesgue al descrédito mundial de una vacuna colocada en el mercado sin garantías. Por mucho que empuje el atractivo del negocio, estamos hablando de empresas con una larga historia.
Por poner sólo un ejemplo. La norteamericana Pfizer, una de las que va a proporcionar las primeras vacunas en Reino Unido, tiene 171 años y fue la que introdujo la penicilina en 1942 y la Viagra en 1989. ¿Les atraerá el éxito y sus repercusiones económicas? Seguro que sí, pero tienen un nombre que defender. El multimillonario Warren Buffett lo tenía muy claro. Se necesitan muchos años para construirse una reputación, pero bastan cinco minutos para arruinarla.