El ruido de los viejos sables
El chat y el manifiesto son dos iniciativas diferentes; la segunda no se dirige al rey, pero podemos considerarlas sumandos de una misma suma, una mecha que no sé hasta donde llega pero que está claro que la han prendido Vox y el insistente discurso de las derechas
undefinedVÍDEO: BEA POLO
Madrid
Después del delirante chat de los exmilitares de la XIX del Aire con sus bravuconadas tenebrosas, llega otra andanada: un manifiesto firmado por 400 militares retirados, algunos de ellos del más alto rango, que se desmarca de las brutalidades de los jubilados del chat pero que, en el mismo tono alarmista, afirma coincidir en que peligra la unidad de España y la democracia.
El ruido de los viejos sables
01:57
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1607323296591/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
El chat y el manifiesto son dos iniciativas diferentes; la segunda no se dirige al rey, pero podemos considerarlas sumandos de una misma suma, una mecha que no sé hasta donde llega pero que está claro que la han prendido Vox y el insistente discurso de las derechas. Partidos y medios afines sobre los propósitos destructivos de este Gobierno 'socialcomunista', independentista y terrorista. Discurso que predican, además, en Europa y que expresó de forma muy teatral Pablo Casado hace unos días cuando habló de su disposición a defender la libertad por la que merece dar hasta la vida, enfatizó, como los héroes cubanos y venezolanos.
Aunque Casado criticó el chat de los ex militares, el contexto ya había quedado dibujado y con tintes dramáticos. Esta atmósfera de permanente deslegitimación está haciendo proselitismo en todos los rincones del descontento y harían bien algunos miembros del Gobierno en no cargarla con excesos perfectamente ahorrables.
En cualquier caso, está ejerciendo una presión asfixiante sobre el Gobierno de coalición ante las dificilísimas decisiones que le aguardan. Las más delicadas en Cataluña, con Esquerra apretando, las elecciones a la vista y el problema de los presos al rojo vivo.
¿Hay que responder a este ruido de sables oxidados? como ayer definió Enric Juliana a lo que está pasando. ¿Quién debe hacerlo y cómo? ¿Basta ya con lo que dijeron el JEMAD y la ministra o hace falta más? Hay que pensarlo deprisa, pero con cuidado y sin desmesuras porque si malo es dejar de dar la bola, peor sería reconocer a los del manifiesto una representatividad de la que carecen.