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El castigo (o tortura) permanente a las mujeres que ocupan un espacio público

La periodista Irantzu Varela denunció una agresión el domingo día 15 de diciembre, cuando un vecino entró en su domicilio, la insultó y le propinó cuatro puñetazos en el rostro por, según él, haber dejado varios cartones vacíos en el portal

Lo cierto es que no es la primera vez que se castiga a una periodista por pensar de una determinada manera, lo hablamos en 'Hora 25' con las periodistas Irantzu Varela y Cristina Fallarás y con la jurista Carla Vall

El castigo (o tortura) permanente a las mujeres que ocupan un espacio público: de las redes, a lo físico

El castigo (o tortura) permanente a las mujeres que ocupan un espacio público: de las redes, a lo físico

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Madrid

El pasado domingo la periodista Irantzu Varela denunció una agresión por parte de un vecino de su mismo edificio por, según él, haber dejado varios cartones en el portal. Varela explicó que, cuando se diera el caso, reciclaría estas cajas, pero el vecino subió hasta su domicilio, entró, vertió varios insultos a la periodista y finalmente le propinó varios puñetazos en la cara. En este tramo de 'Hora 25' hablamos de lo que ser periodista, mujer, y pensar diferente con la propia Irantzu Varela y con Cristina Fallarás, también periodista y autora de 'Cuéntalo' un monumental proyecto que recoge las denuncias de abusos sexuales. 

Irantzu Varela

Ella y él estaban agresivos por una excusa tonta. La cosa derivó en gritos. En insultos dirigidos a mi vida personal y mi intimidad y cuatro puñetazos. 

Mira que es una cosa que llevamos denunciando tiempo desde el feminismo. Empezaron insultándonos. Con amenazas directas a mi persona y teléfono móvil. Veníamos avisando de que algún día iban a pasar a la acción y ahora ha pasado a lo físico. 

Hace ya un año empezaron las pintadas en mi lugar de trabajo. Coincidió la época de las pintadas con que alguien filtró mi número de teléfono en Twitter. He recibido todo tipo de fotografías de pornografía infantil, burradas, pusieron mi contacto en una página de encuentros sexuales, vídeo cantando el cara al Sol. 

De alguna forma nosotras (las feministas) hemos pensado mucho sobre la violencia. Vas asumiendo un cierto nivel de violencia. Cuanto más libre seas, más violencia vas a recibir. En las redes se naturalizan determinados insultos, van legitimándose y al final acabas aprendiendo a convivir con unos niveles de violencia que no te esperabas. 

Cristina Fallarás

Legalmente no es tortura. Pero la RAE define tortura también como castigo. Es un manifiesto de las mujeres que tenemos cierta presencia pública en la sociedad. Nos agreden por eso. No puedo salir a la calle con mis hijos. Yo hace mucho tiempo que llevo denunciando que aquello que ocurre en las redes acaba también en las calles. Me han pintado con una cruz la puerta de mi casa. Han amenazado a mis hijos. Pero no es solo mi caso. Es el de cientos de mujeres. 

A todas las que vamos a ese ámbito público a denunciar el machismo, pero también otras cosas nos acosan. Está siendo insoportable. Cuando eso sucede habitualmente es un castigo, es una tortura. Es vivir constantemente un acoso, un machismo, un insulto. Me hacen pintadas en la puerta y yo tengo hijos y les han amenazado de muerte. 

No he conseguido ir a juicio con ninguna de las denuncias que he presentado. Cada sociedad tiene la violencia que permite. Por qué la sociedad tolera la violencia contra las mujeres. Si esto fuera contra cualquier colectivo X, esto se denunciaría. 

Quiero que el feminicidio se convierta en un crimen de lesa humanidad, porque no prescriben y se pueden juzgar desde cualquier sitio. Además, la mayoría de las mujeres que denuncia violaciones, lo hacen en la infancia. No ganan nada denunciando. Eso solo se cambia, cambiando las leyes internacionales. Tiene que haber una conciencia pública e institucional sobre esto. 

Carla Vall, jurista

Lo que les hacen se puede denunciar, otra cosa es que tengamos facilidades para hacerlo. Uno de los problemas es lo que tarda y la dificultad de acreditar estas agresiones. Todas estas manifestaciones que son pública, se debería actuar de oficio. Lo que hay es un círculo de misoginia que está alimentado en las redes. Mujeres que tienen cierta relevancia pública. En el código penal habitual ya se recoge en el artículo séptimo este espíritu que se refiere al castigo, el que sufren las mujeres a raíz de sus maltratadores. Estas violencias que pueden darse en el ámbito privado, también es en el ámbito público. 

Lo que prueba que haya bots que te insulten es que hay una organización de forma más o menos vertebrada que apunta a un objetivo y que paga por ello, por insultar a mujeres. Hablamos de delitos de odio porque no hay nada espontáneo. 

 
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