'El mago de Oz', un cuento de hadas modernizado
Baum creó un mundo utópico de una profundidad extraordinaria, totalmente opuesto a la sociedad estadounidense
Un libro una hora: El mago de Oz - L. Frank Baum (26/12/2020)
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Lyman Frank Baum nació en Nueva York el 15 de mayo de 1856. Fue un autor extraordinario de cuentos, novelas y obras de teatro. El éxito comercial le llegó con 'El mago de Oz', publicada en 1900. Escribió una serie de 14 novelas sobre Oz, hasta su muerte, en mayo de 1919. Y creó con ellas un mundo utópico de una profundidad extraordinaria, opuesto a la sociedad estadounidense.
Además de esta serie, escribió casi 50 novelas más, cerca de 200 poemas, más de 80 relatos cortos y muchísimos guiones, porque intentó (y consiguió) llevar sus obras al escenario y a la pantalla. Tuvo una vida apasionante que merecería otra novela, seguramente tan utópica como sus creaciones.
'El mago de Oz' es un cuento maravilloso, lleno de emoción, de aventuras, de historias y personajes extraordinarios. Como señala en el prólogo el autor, "El folclore, las leyendas, los mitos y los cuentos de hadas han acompañado a la infancia a lo largo de los siglos, pues todo niño sano tiene una saludable e instintiva afición por las historias fantásticas, maravillosas y manifiestamente irreales. Las hadas aladas de Grimm y Andersen han proporcionado más felicidad a los corazones infantiles que el resto de las creaciones humanas. Sin embargo la educación moderna incluye la moral; por consiguiente, el niño moderno solo busca entretenimiento en los cuentos maravillosos y prescinde gustosamente de todos los episodios desagradables. Con esta idea en mente, el cuento 'El Mago de Oz' ha sido escrito únicamente para agradar a los niños de hoy día. Aspira a ser un cuento de hadas modernizado en el que se mantengan el asombro y la dicha, y se excluyan las congojas y las pesadillas".
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La publicación en 1900 de 'El Mago de Oz', con las maravillosas ilustraciones de Denslow, le permitió dedicarse por entero a la escritura y al teatro. En realidad, Baum nunca tuvo la intención de crear una saga de libros sobre Oz. No sabía muy bien qué haría con Dorothy y ese paraíso, cuando empezó a escribir, dejándose llevar por la intuición. No es que Baum fuera un intelectual político, pero Oz se fue convirtiendo en la encarnación de lo que el autor consideraba el paraíso. No fue hasta 1904 que publicó una secuela de Oz, 'El país de Oz'. Las razones por las que continuó con esta historia revelan muchos aspectos sobre la cultura estadounidense y la relación personal entre Baum y la fantasía utópica que literalmente dirigió su vida.
Oz: una saga de libros, un musical y varias películas
La concepción de Oz nació de una visión tragicómica de Estados Unidos, y ese país nunca dejó de existir para Baum después de la publicación de 'El Mago de Oz' en 1900. Si queremos comprender por completo su visión y la profundidad de Oz, es necesario leer las 14 novelas para empezar a captar el proceso cultural que dio lugar a esta peculiar fantasía utópica estadounidense.
Cuando Baum publicó 'El Mago de Oz', no tenía la más mínima idea del éxito que tendría y hasta qué punto captaría la atención de lectores jóvenes y adultos. En realidad, se convirtió en un superventas de inmediato, y el autor se dispuso a sacar el máximo rendimiento posible de la obra, no solo con la producción de un musical en 1902.
Se produjeron películas, la más importante la de la Metro en 1939 con Judy Garland. La película no tuvo mucho éxito al principio, pero en 1956 Oz regresó a la conciencia estadounidense al emitirse por televisión con un éxito extraordinario, seguido por millones de espectadores. El Club Internacional del Mago de Oz, fundado en 1957, ha prosperado y patrocina convenciones y encuentros sobre ese universo literario, además de publicar una importante revista y otras obras relacionadas con el autor y su creación.
Las novelas de Oz muestran que la gente puede convivir con los objetos y la naturaleza de una forma que ni era, ni es, la forma habitual de establecer y forjar afinidades en Estados Unidos. Estos libros han fomentado en cierto modo la comprensión de una utopía, que está vinculada con la recepción de Oz como regalo. Los libros de Baum están conectados y de alguna forma dependen unos de otros: representan el proceso creativo a lo largo del cual los personajes comparten regalos y dones entre ellos . Oz se construye como un hogar utópico a partir de estas relaciones, y su desarrollo gradual a principios del siglo XX sirve como contramodelo al crecimiento del intercambio de mercancías capitalista.
Un mundo utópico de una profundidad extraordinaria
Oz es claramente otro mundo. Puede ser un continente o una tierra perdidos; podría ser incluso una isla rodeada por desiertos. No tiene un sistema monetario unificado ni un sistema de intercambio de mercancías. Oz no está controlado por el Mago, pues solo ejerce su poder en la Ciudad Esmeralda. Las cualidades que distinguen a la mayoría de sus habitantes 'nativos' son la amabilidad, la generosidad y la tolerancia. Los Munchkins y la Bruja del Norte están agradecidos a Dorothy por haber matado accidentalmente a la Malvada Bruja del Este, y todo lo que quieren es ayudarla a encontrar el camino de vuelta a Kansas. Todo es gratuito en Oz, y el valor de la vida se organiza a través del regalo, que lleva implícita la obligación de dar, aceptar y devolver. Los regalos no solo consisten en objetos materiales, sino también en cualidades espirituales y talentos.
'El Mago de Oz', asocia el bien con el progreso vital del regalo. Pero lo más excepcional de la obra son los extraordinarios actos gentiles de los habitantes de Oz. El Espantapájaros, el Leñador de Hojalata y el León Cobarde ya poseen los dones de los que creen carecer. Durante el viaje, Baum muestra que, compartiéndolos, superan fácilmente las adversidades. De hecho, lo irónico de la primera parte del viaje es que ya están en plena posesión de sus cualidades cuando se encuentran con el Mago.
Todos los libros de Oz plantean esta importante cuestión como tema central: ¿Cómo debe usarse el don de la magia en favor de la mayoría para que se pueda vivir en armonía y fomentar el respeto por las diferencias? Para Baum, la magia era una forma poderosa de arte, y su propio estilo literario producía transformaciones milagrosas del argumento en tramas y personajes cada vez más extraordinarios mientras se esforzaba por imaginar un mundo que no tuviera que depender del engaño y la transformación.
En este sentido, cada una de las novelas de Oz trata el tema de cómo honrar el don de la magia para que se use de un modo adecuado, y con cada libro Baum va formándose una mejor idea de cómo quiere utilizar su propia 'magia' para proveer de contexto histórico a su mundo utópico y para ilustrar cómo ese don puede fomentar la cohesión social y proporcionar a la gente un hogar de verdad.
En todas sus obras, la narración y la magia parecen formular el principio psicológico de la relación con los objetos que guía a los padres en la crianza de sus hijos. Baum crea un marco, un ambiente único donde los personajes jóvenes pueden jugar, ser creativos y explorar su potencial para desarrollarse en relación a la figura materna.
En Oz todo es gratuito: el valor de la vida se organiza a través del regalo
Como explicó Baum, "Los habitantes de Oz nunca habían conocido ningún tipo de enfermedad, así que nunca nadie había muerto a menos que se hubiera visto involucrado en un accidente que le hubiese privado de la vida. Y eso pasaba muy pocas veces. No había gente pobre en el país de Oz, porque no existía nada parecido al dinero. Cada persona regalaba lo que necesitaran usar sus vecinos, y eso incluye todo lo que puede desearse razonablemente. Algunos labraban la tierra y cultivaban grandes cosechas de cereales, que se dividían de forma equitativa entre toda la población para que todos tuvieran suficiente. Había muchos sastres y modistas, y zapateros y otros artesanos, que fabricaban prendas para que las usaran todos los que lo desearan. Cada uno trabajaba media jornada y jugaba la otra media, y la gente disfrutaba trabajando tanto como jugando, porque es bueno estar ocupado, tener algo que hacer"
La búsqueda del hogar de Dorothy termina con éxito. Ella —y Baum— acaban tocados por la magia de Oz en 'El mago de Oz', y tienen un presentimiento: el hogar no es una búsqueda nostálgica de las propias raíces, sino un avance hacia lo desconocido, donde uno puede designar y diseñar el hogar con otras personas. El hogar puede definirse en un proceso activo de transformación de las relaciones sociales que conducen a la plenitud personal y al modelo social utópico.
Como icono de un hogar utópico, Oz nos enseña cómo las diferencias pueden ser positivas y apreciadas de verdad, y cómo es posible que brote un espíritu común. Juntas, las novelas de Baum sirven como marcadores utópicos de nuestro potencial para hacer realidad nuestro hogar. Al regalarnos Oz, el autor no solo celebra y disfruta de su don de la imaginación, sino que también nos invita a participar de su búsqueda y a devolvérselo manteniendo viva nuestra esperanza de que exista un país donde la pobreza y la codicia están extinguidos.
Este artículo contiene, en gran parte, extractos de la introducción de Jack Zipes a la edición de Penguin Clásicos