Candela Peña: "Mi opinión puede ser una mierda, pero quiero que me dejen decirla sin tacharme de problemática"
La actriz estrena la segunda temporada de 'Hierro' y está nominada al Goya por 'La boda de Rosa'
La entrevista completa en vídeo a Candela Peña / Cadena SER
Madrid
"La gente me pilla la matrícula cambiada", repite Candela Peña en la conversación, convencida de que el público se ha formado una imagen distorsionada de ella. Detrás de ese vendaval de ingenio, de esa mujer torbellino que se cuela en 'La Resistencia', de la firmeza de la jueza Montes en 'Hierro' y de la liberación de la Rosa de Icíar Bollaín, se encuentra una actriz que no sabe vivir sin pasión. Ama su oficio. Ama el cine como aquella niña que se colaba en la sala de al lado del bar de sus padres y ama estar en un rodaje, el lugar donde, dice, es más feliz. Se emociona recordando su última conversación con Rosa María Sardà, llora cuando escucha por sorpresa a Fernando León de Aranoa ¿Estás viendo lo que hago, te gusta?, le pregunta como si fuera una recién llegada. Detrás de lo que quieran ver en esta actriz que está harta de preguntas sobre la mediana edad y mujeres fuertes, emerge en cada entrevista verdad y honestidad.
Sin maleta, sin el moño, pero igual de divina que en la serie está Candela Peña, nuestra jueza Candela Montes, ¿cómo estás?
Estoy tan contenta, yo en la vida hubiera imaginado que iba a hacer televisión. Y ahora ya una segunda temporada de algo que lo ha partido, pues estoy súper contenta. Tengo que decir que dentro de Movistar es la serie más vista por encima de ‘Juego de Tronos’, hay algo que orgullo torero que quiero seguir siendo la primera. Tengo a ‘Antidisturbios’ que me pisa los talones, así que tengo que hacer un llamamiento para que las muchachas, que son las que más me van a apoyar, la vean. Luego ya segmentaré yo la audiencia, pero os necesito.
La segunda temporada de ‘Hierro’, ese thriller isleño, en el que interpretas a una jueza. En esta entrega estás entre más enfadada y más melancólica, más humana ¿cómo has hecho esta evolución?
El personaje de la jueza es complicadísimo porque, cuando acaba la primera temporada, tú todavía no sabes quién es esa mujer. Realmente lo que importa, que me lo han explicado por activa y por pasiva, lo que importa es el thriller, no ningún personaje. En la primera temporada yo tenía que hacer mucho trabajo en eso, en el mosqueo, en esa mujer que siente que el sistema la castiga. Todo eso ya lo tenía hecho y en la ficción solo han pasado dos meses. Esta mujer está ahora mucho más triste, mucho más mosqueada, mucho más sola, porque la única persona que tenía para apoyarse era el personaje de Reyes y el sargento Morata, mi apoyo, se ha ido de vacaciones. Estoy muy triste y enfadada en esta serie y el equipo me ha ayudado mucho para que esté así.
Sí ha cambiado, con el apego que tenemos con el personaje, en que ya no es la nueva en la isla de el Hierro, ella ya conoce el terreno
Es lo que se llama la típica chuleta de esto ya me lo sé. No quiero que suene feo ni titulares, ni que nadie se ofenda, pero en esta temporada yo tenía menos que hacer como actriz. A la jueza no le pasa nada, no hay conflicto, soy la que reparte el thriller y su hijo empeora un poco para que tenga algo que hacer. Me he podido dedicar como actriz a cosas más minuciosas.
Y a eso le sumas que el rodaje se paralizó con el Covid
No se paralizó el rodaje, se paralizó el planeta. Yo me fui en febrero con la idea de volver en mayo y mira. Rodamos tres semanas, primero empezamos por la casa de la jueza, la intimidad y su comodidad, y luego en el juzgado con los juicios más cabrones. Yo entro a esos juzgados con unos kilos y salgo con diez menos. Desde que paramos en marzo hasta que retomamos en mayo, estuve sola en una casa que me pagaron mis jefes de Movistar. Como soy de familia pobre, yo dije, si Movistar te paga la casa, trabaja, trabaja, trabaja. Y entonces escribía y escribía ‘Puerto y Camino’ como si no hubiera un mañana.
Ahí es donde queríamos llegar
Ahí es donde todas queremos llegar. La gente le va a coger manía a la serie sin hacerse.
Con Pilar Castro, que también es divina
Es mi musa. Ya estoy escribiendo también un largo en el que ella es la protagonista. Se titula ‘Graciosa’ y ella se llama Aurora Román, hablo del nuevo renacer de las mujeres, de la aurora. Es una mujer que es cómica que ha triunfado en Netflix y la cogen para hacer una súperserie que se llama ‘La nave’. Y ella, como siempre ha sido cómica, no sabe muy bien cómo es este concepto porque es la encargada del ‘oxygen garden’ de la nave. Es toda una fantasía.
Pero, ¿’Puerto y camino’ tiene producción ya?
Mira, es de oírme a mi misma y me pondría a llorar. Yo nunca imaginé que fuera así. Ahora a Sorogoyen, a todos los que les ha salido bien, y a los que les ha salido mal, olé por ellos, porque levantar una serie es una barbaridad de complicado. Mi productora es Isabel Coixet, que eso es oro molido, y aún con esa diosa detrás esto es muy cansino. Ahora si no hay plataforma, no te puedes subir, no te puedes calzar. Necesito una plataforma que me diga sí. Pero también es una serie particular. Tampoco sabía que había dar un documento de venta y un desarrollo para el guion del primer capítulo. Yo escribí los ocho. Yo qué coño sabía, nadie me había dado clases de cómo escribir una serie. Son episodios independientes y homenajes a grandes cineastas. Yo soy la del bar del cine, en mi caso no había tele, todo el cine que he visto es mi imaginario. ‘Puerto y Camino’ son homenajes desde los hermanos Meyer, a Aronofsky, Mankiewicz y Robert Altman.
¿Qué tiene de ti la jueza Candela Montes? ¿Te gustaría mandar callar como hace ella?
No tengo nada que ver con la jueza. Cuando se activó todo el protocolo y reactivamos cuatro meses después, hablé con Rosa María Sardá el martes y ella falleció el viernes. Empezábamos a rodar el lunes, yo había tenido un accidente en la isla y físicamente me había dejado hecha mierda. Me acuerdo que la conversación que tuve con ella, lo digo desde el amor y la admiración, le dije que yo soy una tía alegre, vividora, que paso muchas fatigas pero que no es mi modus vivendi instalarme en eso. Yo recuero que le dije que ella se había instalado en la queja, en el estar enfadada, y ella me regañó. Yo me emputecí con ella -cómo iba a imaginar que iba a ser la última conversación- y le dije: me niego a instalarme en eso.
No soy una personaje que se queje, no soy una persona que dé problemas, más bien soy una persona sometida. La gente me pilla la matrícula cambiada, no puedo modificar las etiquetas de los periodistas, sobre todo de las mujeres periodistas. Que escriban que soy una mujer fuerte, también lo escriben de la jueza, pero qué coño es ser fuerte. La jueza es una madre como todas, las tías tiramos con todo, no es fuerte, es tía. Tiramos, tiramos, tiramos. Soy la hija de una mujer absolutamente tímida entre 14 hermanos, a la que no han dejado hablar, y a mí nunca me sentó en la mesa de los niños, nunca me dijo que por ser niña no se habla, me han dejado dar mi opinión. Mi opinión es probable que sea una mierda pinchada en un palo, pero quiero me dejen decirla sin que se me tache de que soy problemática. Doy mi opinión para lo bueno y para lo malo, me molesta que me metan en el grupo de mujer fuerte, en los 40, mediana edad… ¿Tú has oído que Luis Tosar esté en en la mediana edad o que Eduard Fernández es muy fuerte? ¿Pero qué es fuerte, que cojo muchos kilos? No lo entiendo. Y las tías debemos asumir una responsabilidad a la hora de las etiquetas. No voy a entrar en las cabezas de nadie, pero no tengo nada que ver con la jueza, me pinchas y me pongo a llorar. Me molesta que una periodista me pregunté si debo estar contenta por hacer este personaje a los 40, pues no quiero contestar, quiero que esa chica vuelva a la universidad.
Parte de tu trabajo es la promoción y tú has defendido mucho esta serie, ¿cansa también?
Yo trabajo en este momento para una empresa enorme como Movistar-Telefónica, soy trabajadora de ellos y mientras más venda la moto, más posibilidades de que los señores del cable gordo me vuelvan a llamar. Quiero apretar por las mujeres, no solo por la serie, no por el thriller, sino por los personajes, que son los que cambian vidas.
¿Y David Broncano cómo te trata en ‘La resistencia’?
No me trata, nadie de ese programa me trata. Entre acción y corten, no molesto. Fuera de esos espacios, nada. Yo llegué el primer día y me fui al control, me sigo metiendo allí y al rato viene uno, me avisa y salgo al escenario. Acabo y tengo el coche para volverme a mi casa y acaba de dar la cena, de sacar el salmón.
¿Qué te ha dado el personaje de ‘La boda de Rosa’?
Ahora te voy a contestar, pero estoy recapacitando. Productores, todo lo que toco se convierte en oro. Todo. Me habéis preguntado por ‘Hierro’, lo parte, ‘La boda de Rosa’, lo parte, ‘La Resistencia’, lo parte. Y cuidado con lo que vengo el año que viene, la madre de ‘Maricón perdido’ es lo mejor que he hecho en mi vida. Con ‘La Boda de Rosa’ yo quería hacer a Sancho Panza, quería hacer a la eterna escudera, peleé mucho porque detrás hay muchísimo trabajo que no se ve aparentemente. Rosa anda de una forma concreta, es una mujer que está al servicio de cualquier Quijote, si me dicen que son gigantes, son gigantes y no molinos. Ha sido un personaje donde colocarme a muchas tías, madres, primas, amigas, porque todas somos un poco Rosa. Hay gente que se casa consigo mismo y otros hacemos terapia, pero sobre todo el placer más grande ha sido poder tener enfrente a Sergi López, Nathalie Poza, Ramón Barea y Paula Usero, que es oro molido.
Se te da bien todo, el cine, la televisión, la radio… es verdad que todo oro
¿Y qué hacemos? Pues este 2021 no tengo trabajo. Lo de ‘La Resistencia’ me da para el supermercado del mes. No voy a ese programa por dinero. Yo empecé a ir y nunca había hablado de dinero, y un día me dijeron que si cobraba. Y yo pregunté que cuánto se cobraba, y dije que quería el precio del colaborador más caro. Y era un montón de dinero. El otro día me enteré que en la tele se gana muchísimo dinero, pero debe ser la David (Broncano), no yo. Con David quiere estar una gente de unos niveles, sus amistades son tela…
¿Y crees que esa exposición te perjudica para otros proyectos que te llamen?
Si solo he hecho ‘La Boda de Rosa’, estar en ‘La resistencia’ y ahora la segunda de ‘Hierro’. Lo que hago cunde mucho, pero yo estoy todo el día en mi casa sacando los salmones, que parece que tengo allí un río. Yo soy uno a contracorriente y nunca llego al principio del río. No sé con qué fantasía se queda la gente, me encantaría ser directora, productora…