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Mariano Barroso: ''Luchamos para que se den cuenta de que el cine es parte de nuestra identidad"

El director, guionista y presidente de la Academia de Cine, recoge el premio Retrospectiva del Festival de Cine de Málaga

Mariano Barroso junto a Juan Antonio Vigar / FESTIVAL DE MÁLAGA

A Mariano Barroso Málaga le ha dado varias alegrías. La última de ellas fue una de las galas de los Premios Goya más complejas de la historia, la gala en los tiempos del COVID que fue todo un éxito. Aquí vino con Hormigas en la boca y también con Todas las mujeres, una película y una serie con la que consiguió relanzar su carrera del cine hacia la televisión. En las plataformas ha hecho sus últimos proyectos, tres series como El día de mañana, Criminal o La línea invisible. Antes de eso, Barroso fue un verso libre en el cine español, que ganó el Goya a mejor dirección novel con Mi hermano del alma, y que trabajó con Bardem en Éxtasis y Los lobos de Washington.

El flamante presidente de la Academia dice que no volverá a presentarse al cargo, lo hace tras recibir el Premio Retrospectivo del Festival de Málaga a toda una carrera en la que ha sabido sobreponerse a las adversidades de la industria y en un momento en el que tiene varios proyectos en danza. Aquí también presenta el libro Nunca quise ser un outsider, que reúne sus conversaciones con Alejandro Hernández, el que ha sido su guionista en sus últimos trabajos.

Lo primero, enhorabuena por el premio, ¿en qué momento de tu carrera llega?

Estos premios llegan siempre en buen momento. Los premios no tienen ningún sentido, salvo cuando te los dan a ti. Y este me lo dan a mí. Es un festival muy querido y últimamente hemos pasado mucho tiempo en esta ciudad por muchas razones cinematográficas y es una alegría. Vine con Hormigas en la boca y luego presentamos fuera de concurso Todas las mujeres y de aquí se lanzó. He estado de jurado un año y ahora con esto, solo me falta venir de periodista.

Viendo tus películas, el retrato de la amistad o las relaciones entre hermanos está muy presente, sobre todo en una primera etapa y de una España que ha cambiado

Me puse a pensar en las películas que había hecho y a pensar el nombre del premio, que se llama Retrospectiva, y empecé a enseñarles a mis hijos las películas que no las habían visto. Me puse a buscar Éxtasis, que no está en ninguna plataforma y la puse en DVD. Y sale lo de elegir escena, play, etc. Y dice mi hijo de 13 años a su hermana, ven, ven que Papá nos va a poner una película de esas antiguas de dar al play. Y ahí entendí que era lo de retrospectiva. Tengo un amigo que cuando le conté lo del premio me dio que era muy pronto. Me puse a mirar a quién le han dado el premio antes y vi que se lo habían dado a gente como Bayona, Coixet… y dije, ah, pues no está tan mal.

En tu carrera has ido adecuándote a las demandas de la industria, ahora con las series que es el formato que más audiencia congrega.

Yo intento navegar con las olas que vienen. Lo que ocurre con las series es que he encontrado un formato con el que me identifico mucho, porque permite desarrollar los personajes, durante horas y temporadas. Es algo que me resulta cada vez más constreñido en el largometraje, que pide algo más compacto y unitario. Las series me permiten disfrutar de lo que más me gusta, el trabajo con los actores y desarrollar las tramas delos personajes, que avanzan, cambian… A nivel más industrial, pues claro de repente hay una demanda tremenda de series. Las plataformas tienen una gran voracidad y necesitan mucho material y a cambio el cine hay que levantarlo a pulso. Financiar películas desde hace muchos años es muy complicado, pero para cualquier cineasta. Pregunta a Wenders o a Jarmusch, levantar películas lleva tiempo. Las series se levantan antes.

Mencionas Éxtasis y hay otra nota común en muchas de tus películas, es el retrato de una sociedad que ama el dinero y donde la avaricia y el querer ascender socialmente estaba muy presente, ¿eso ha cambiado como sociedad?

Ha ido a más, aunque ahora hemos tenido un patrón con la pandemia y sí ha habido una reflexión, un éxodo al campo, a la naturaleza, a parar. El otro día me decía un amigo cineasta, Rodrigo García, que en mis películas siempre están buscando al padre. Yo no me había dado cuenta y me puse a pensar qué significa eso para mí. Sí, están las relaciones entre hombres, pero es verdad que luego mis últimos trabajos van por otro lado. Me cuesta ver en mi carrera un hilo conductor. Ahora que estamos preparando la exposición sobre Berlanga, me resulta curioso ver como es un cineasta, con el que yo me identifico, que repite situaciones, la puesta en escena de muchas de esas situaciones se repiten y otra vez. Imagino que eso tiene que ver con una manera que tienes de ver la vida, no tanto los grandes temas, sino la puesta en escena, cómo se coloca la gente, cómo es una fiesta para ti, una boda... , etc. Eso, salvando las distancias con Berlanga, nos pasa a todos. Yo a veces me sorprendo viendo que repito planos. Y hay cosas que sabía que he olvidado, cosas que digo, pero si ya las sé por qué me vuelvo a equivocar. Eso es una de las partes más fascinantes del cine, que te permite seguir indagando, seguir equivocándote, a pesar de que te den un premio Retrospectiva, queda mucho por hacer.

También eres presidente de la academia, en unos años complicados, pero con un mandato tranquilo, ¿ese es el balance que haces?

Bueno, es como cuando dicen qué bien viven los escritores y los periodistas y, en realidad, sabes el infierno que están viviendo. Para nosotros no ha sido un infierno pero sí que es importante transmitir que todo está bien. La Academia es una institución que es la más numerosa, la que aglutina a más gente de todos los sectores y tiene que ser una referencia. No se trata de ocultar los vaivenes, especialmente en un momento tan cambiante como este en el que hay que acometer grandes cambios ya, pero hay que ir navegando con el tiempo. Es fundamental que las instituciones transmitan esa cierta seguridad, porque ya bastante convulso es todo. Queremos ser la casa del cine español y que la gente cuando toque la academia sienta que está tocando la base. En parte lo hemos conseguido y seguimos con más proyectos, entre otros, como la Exposición de Berlanga que inauguramos la semana que viene.

Los datos de taquilla en Estados Unidos y en Francia son espectaculares, sin embargo, muy malos en España, ¿eso preocupa a los creadores? ¿y a la Academia?

Tenemos una lucha, que no viene de ahora, sino de generaciones con eso. Cuando lo institucional asume que el cine tiene que ser una parte indispensable de la ida, el retorno que obtiene es inmenso. Nada más hay que ver lo que pasa con este Festival de Málaga. Cuando apuestas por el cine, no hay ningún caso en el que no lo rentabilices. Es algo difícil de medir y es también una torpeza que los poderes públicos y privados no valoren el peso que tienen. En Estados Unidos y en Francia el cine es parte de su identidad. En España también, pero seguimos luchando para que se den cuenta. Viendo el material de esa exposición de Berlanga, te das cuenta de que no es posible armar una enciclopedia más completa de lo que es la historia de España contemporánea que la obra de Berlanga. Es espectacular, no hay palabras para definirlo. Nada te a contar mejor. Nos damos cuenta cuando Pedro Almodóvar o Penélope Cruz o Antonio Banderas salen en el New York Times y nos damos cuenta de la trascendencia. Ojalá que nos vayamos dando cuenta de eso.

¿Alguien sabe lo que es el Hub audiovisual?

Es una cosa que se ha anunciado y que estamos esperando a ver en qué consiste. Hay unas grandes declaraciones con las que en principio estamos de acuerdo, en el sentido en el que puede servir para potenciar la industria audiovisual, pero estamos pendientes de ver en qué se concreta. Estamos a la expectativa, la verdad.

 
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