Beatriz Luengo: "El éxito es un precipicio"

Madrid

La Gataparda que visita esta madrugada El Faro piensa en el mar y piensa en su marido, Yotuel. "Mi pareja vino del mar y es en eso en lo que pienso cuando escucho las olas", explica. Esta madrileña del barrio de Hortaleza, ahora del barrio del mundo, es una de las cantantes españolas con más proyección internacional. Iba a visitar este programa hace un año pero, estando a punto de dar a luz, su ginecólogo le recomendó reposo. Tanto tiempo después hoy viene acompañada de su madre y de su hija de un mes y medio, Zoe, que significa 'Vida', seudónimo que roba para mantener el anonimato al principio de esta entrevista. 

Se cría veraneando en una caravana, donde recuerda los momentos más dulces de su niñez, porque en aquellos pocos metros cuadrados compartía todo con sus padres. Recuerda también a su abuela, la persona que le hizo despertar el amor por la canción. "A día de hoy canta aún por Juanito Valderrama y yo alucino pensando que esos giros de voz los ha aprendido ella sola", explica. Recuerda también sus inicios, cuando el despertar del arte llamó a su puerta. De la pared de su habitación colgaba un poster de Alejandro Sanz. 

"Gracias a él decidí que uno tiene que escribir canciones en la lengua en la que ama", explica. "Entonces mi madre me regaló por un cumpleaños una foto firmada por él que decía 'No te rindas'", explica. Aquel gesto, que le hizo seguir creyendo y afrontar todos los retos había sido, en realidad, firmada por su madre en un gesto de cariño enorme que Beatriz aún agradece a día de hoy. 

Ha habido tiempo en esta conversación tan emocionante y sincera de recordar el programa que hizo a esta Gataparda conocida por todo el mundo. Su personaje e 'Upa Dance' le hizo conocer, siendo muy joven, qué era el éxito desmesurado. Tardo tiempo en asimilar aquello. "La expectativa era el programa. Todo lo que haces después de una fama a ese nivel va a parecer pequeño. Piensas que ya no te quieren igual y que has decepcionado al público", añade. Reconoce que no se machaca porque la trituradora del éxito es algo que ha ido viendo que ocurre continuamente, también en otros países. 

Beatriz Luengo reordena sus metas cada día. Su gran sueño, por el que luchaba cada día, era devolver a su madre todo lo que había luchado por ella. Le puso una escuela de baile que dirige y que lleva su nombre. 

Únete al canal de WhatsApp de la SER