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Martita de Graná, la antiinfluencer del confinamiento debuta como actriz

La joven, conocida por sus vídeos de humor durante el confinamiento, participa en la comedia 'García y García', presentada en el Festival de Málaga

Martita de Graná, en el Festival de Málaga durante la presentación de 'García y García' / Carlos Alvarez Getty Images

Málaga

Sus vídeos acumulan millones de visualizaciones, fue la reina del confinamiento retratando nuestras miserias cotidianas con un humor que mezcla costumbrismo y patetismo, y ahora, tras llenar teatros de toda España con su monólogo, debuta en el cine con la comedia ‘García y García’, junto a José Mota y Pepe Viyuela. Martita de Graná, nombre artístico y viral de la joven Marta Martínez García, es la antiinfluencer. Se ríe de sí misma, saca papada y se graba en casa de forma casera. Una cercanía, al hablar de sexo, ligues y resacas varias, que han hecho que reúna a casi un millón y medio de seguidores en su perfil de Instagram, la mayoría mujeres. Feminista confesa, su única línea roja, dice, es la política porque nos divide, y aunque la pandemia la ha envejecido, está preparada para perrear cuando reabran las discotecas.

Después de verte tantas veces en el móvil, te miro en persona y me siento vacunado

-Risas- La gente me dice eso, pareces mi prima, mi amiga de todos los días en el móvil. Qué alegría

No paras, vienes del teatro y presentas tu primera película, la primera vez que participas como actriz en esta comedia, ‘García y García’, ¿cómo ha sido la experiencia?

Imagínate. Fue una oportunidad muy bonita. Lo primero porque ellos confiaron en mí, es un papel importante y no tenía prácticamente experiencia. Entonces, por parte de ellos estoy súper contenta de la confianza que han depositad en mí. La experiencia ha sido maravillosa pero muy diferente a mi curro, no tengo el feedback del público, pero estoy dispuesta a seguir haciendo películas si me llaman. Estoy encantada.

En el teatro tienes la reacción del público, es más piel, aquí hasta que no veas la película, no sabes cómo van a reaccionar

Exactamente. Siendo una comedia, para mí es difícil no recibir directamente el aplauso o las risas del público, aquí haces comedia y no se va a reír el cámara ni nadie, todo el mundo se queda callado. Es una sensación rarilla pero también guay.

¿Qué pensaste cuando te lo propusieron y recibes el guión? ¿Fue un adónde voy o qué maravilla?

Pensé en maravilla total. Yo he estudiado un año de interpretación, soy de enfocarme en las cosas que quiero. Yo me decía, quiero que me llamen de una peli. Cuando me llamaron, dije, fíjate, ya está aquí, me lo tomé con muchísima alegría, con muchas ganas.

Tu personaje intenta poner un poco de orden pero se ve arrastrada por el caos, ¿cómo ha sido rodar con Pepe Viyuela y José Mota?

Ha sido maravilloso, la mayoría de las escenas las tengo con Pepe Viyuela, y no es que lo quiera, sino lo siguiente. Es una persona todo corazón puro, y luego tan cómico, está todo el rato con tanto cachondeo que la grabación y el rodaje fue un no parar de reír. Lo pasamos súper bien, también tuvimos momentos más duros. Hubo una noche que rodamos hasta las 6 de la mañana, se hace duro pero gracias a Pepe se ha hecho mucho más ameno.

Y con tantos trabajos, ¿cómo llevas ahora la gestión del las redes? ¿Estás más parada? Imagino que tu humor, que nace de lo cotidiano, de nuestras miserias, hace que no te falten ideas

Sí, tengo ideillas, pero es verdad que estoy más ‘paraica’, tengo menos tiempo, no tengo tiempo para nada. En el confinamiento, claro, con todo el tiempo del mundo, pues no paré. Como estoy moviéndome mucho y yo lo que hago es coger ideas de las cosas que me pasan, de la gente, de las situaciones, tengo ahí unas cuantas que espero hacerlas pronto.

¿Te sientes la antiinflluencer?

Si hablamos de esas influencer de las que creo que tú me estás hablando, puede ser que sí. Yo soy de sacar papada, de reírme de mí, de defender lo contrario que se hace en las redes, de tanto postureo, tanto Photoshop y tantos filtros.

Eso es casi revolucionario, lo de mostrar papada o salir como estás en casa, en Instagram, una reivindicación de otros cuerpos

La verdad que sí. A mí me da coraje porque, además, ves gente en las redes que está buenísima y luego te la encuentras y dices, menudo cardo borriquero. Yo soy de levantarme, sin vestirme, sin peinar, y hacer mi vídeo de forma natural. Y por supuesto, hay que naturalizar este tema de que cada uno tenemos un cuerpo y hay que aprender a quererse como somos.

Y has convertido a tu madre en una estrella emergente

Mi madre está loca. Ahora estamos vendiendo una chapitas en los show en colaboración con los animales y se viene ella a venderlas, le encanta ponerse, la gente se echa fotos con ella. Una maravilla.

El teatro ha sido uno de los sectores más castigados por la pandemia y salimos del confinamiento y llenas bolo tras bolo

Cada día que llego de un bolo agradezco profundamente toda esa energía del mundo, a los fans, a los seguidores que llenan los teatros. Creo que la gente está respondiéndome a lo que yo hice por ellos en el confinamiento, fue un trabajo muy bonito hacer reír al país estando en un momento tan triste, entonces siento que me están devolviendo ese favor y se lo agradezco un montón.

La mayoría de tus seguidores son mujeres. Las influencers le pueden promocionar un consolador, pero tú le hablas de ‘sexo real’, de ligues, de mujeres reales, ¿ayuda a que se sientan representadas?

Eso es lo que quiero. Ayer estaba en el escenario actuando y vino una chica emocionada por detrás diciéndome que qué alegría oír a una chica en un teatro hablando de temas de los que hablamos todas, sin pelos en la lengua, que puedan ver lo que hablamos todas en nuestro grupo de amigas. Me encanta que se sientan identificadas, el 86% de mis seguidores son chicas, estoy muy orgullosa.

¿Te consideras feminista?

Por supuesto. Creo que todos deberíamos ser feministas. El que conozca lo que significa la palabra feminismo, que al final es igualdad, pues todos deberíamos serlo.

Sí dices que no te interesa entrar a hablar de política, de partidos, pero al final todo es político, como el feminismo, se trata de defender unos derechos, ¿por qué adoptas esa postura?

Hay temas con los que no me apetece hacer humor, como la política, igual que la religión. No por nada, sino porque son temas a los que no podría sacarle nada con mi manera de hacer humor. Mi ironía y mis cosas, es un tema que simplemente no me apetece tocar. Yo hablo de lo cotidiano sin diferencia, incluso del sexo y pueden verlo los chicos, pero utilizar la política es dividir a la gente. No me gusta, ya está, es verdad.

¿Cuáles son tus referentes?

Siempre he dicho que toda esta gente de Albacete que hacía Muchachada Nui, Ernesto Sevilla, Joaquín Reyes y ese grupo de chicos, me han encantado siempre porque tienen un humor muy inteligente pero muy tonto. De repente te hacen un gesto o te sueltan un grito y es súper gracioso. A mí ese humor tan tonto me encanta, siempre me he fijado en ellos.

Porque todos tenemos nuestra parte patética

Sí, claro, todos somos un poco patéticos, sino seríamos súper aburridos. Necesitamos nuestro patetismo propio.

¿Has pensado en el día que vuelvas a pisar una discoteca? Imagino que fiesta nacional

Yo creo que este virus me ha envejecido, he llegado a un punto que no sé. El día que las abran estaré allí y me acostaré cuando se haga de día, pero no estoy como muy ansiosa. Ya te digo que el virus me ha envejecido. Pero, cuando podamos ir sin mascarillas, también te digo que me voy a hinchar a gin tonic, perreando a tope y una putivuelta que es muy importante.

José M. Romero

José M. Romero

Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...

 
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