Autopistas paralelas

Madrid

Cerramos la semana con una noticia muy esperada. Vamos a decir adiós a las mascarillas en los exteriores, en la calle, en la playa, en los parques. Un Consejo de Ministros extraordinario el próximo jueves levantará la prohibición de ir sin ella, será con el verano recién estrenado y por tanto en puertas de la temporada turística. Y lo haremos entre advertencias de médicos y científicos sobre que la pandemia todavía está aquí y sigue habiendo población vulnerable, pese a que casi la mitad de los españoles, el 48%, tiene puesta ya al menos una dosis.

Con todas las cautelas vamos viendo, poco a poco, la luz al final del túnel epidémico, en estas autopistas paralelas por las que a veces parece circular nuestra conversación pública. La vacunación es un éxito logístico, los grandes empresarios dicen que la recuperación española, la económica, va a ir como un tiro, Bruselas aprueba el Plan de Recuperación, la discusión dentro del gobierno de coalición es cuándo subir el salario mínimo, pero nada de ese clima que mira al futuro consigue contagiar a la política en su conjunto que no se libra del clima bronco y pendenciero ni siquiera para investir a alguien con un éxito electoral como el de Díaz Ayuso. Su socio imprescindible, Vox, ha conseguido arruinarle la votación hoy con un discurso ultra que le pide acabar con políticas tejidas a lo largo de los últimos años en España con consensos muy trabajados, como, por ejemplo las políticas contra la violencia de género o socios que impregnan de racismo la Asamblea de Madrid. Ya digo, como si la política y la vida circularan por autopistas paralelas.