Giros de guion

Madrid

Empezamos semana, la semana de la llegada del verano, ha entrado a los 5 y 32 minutos de esta madrugada, la semana en la que las mascarillas dejarán de ser obligatorias al aire libre, todo un símbolo de la recuperación de la normalidad y será también la semana de los indultos. Es más que probable que este martes los indultos a los políticos independentistas encarcelados vayan al Consejo de Ministros y llegan empujados por una ola de opinión, si no favorable del todo, si de entender cierta oportunidad en la medida.

La semana pasada terminó, ya saben, con al apoyo a Sánchez de los empresarios y la iglesia catalana, y, hoy, el presidente del Gobierno vuelve a Barcelona como parte de la estrategia de devolver la institucionalidad a la capital catalana, que es una manera de devolver la normalidad.

Hoy Pedro Sánchez ha convocado a la llamada sociedad civil catalana y los independentistas van a aprovechar la ocasión para su enésima gesticulación. Nadie del govern va a arropar al presidente y en la calle se prevé movilización. Nada nuevo, pues, en el comportamiento independentistas que es capaz de ver los indultos como una oportunidad, me refiero a Junqueras, y de verlos como una debilidad del aparato del Estado, y también me refiero a Junqueras. Una cosa y la contraria.

La carta del líder de Esquerra, que se interpretó como un gesto ante la difícil decisión de los indultos, transmutó ayer en un tono desafiante que solo se explica por la pugna que tienen los independentistas entre ellos. Los giros de guion, sobre todo de Esquerra Republicana de Catalunya, solo se explican por el efecto que causa entre el independentismo hiperventilado, cualquier acercamiento o entendimiento con el Gobierno de España. Esto es así desde el inicio de los tiempos, cuando la palabra traidor empezó a resonar en la plaza Sant Jaume.

Se acerca la hora de la verdad, este mismo martes los indultos podrían ir al Consejo de Ministros, y esto tensa al independentismo que, otra vez centra su política en los gestos y la sobreactuación. No se lo pone nada fácil al gobierno. Y el Partido Popular, encantado. Ya ven como los extremos coinciden más de lo que seguramente quisieran.