'Operación Camarón': trap, narcos y un infiltrado en la comedia total
Carlos Therón dirige la película más divertida, gamberra y cañí del año con un reparto coral encabezado por Julián López, Natalia de Molina, Carlos Librado 'Nene' y Miren Ibarguren
Su estreno, que estaba previsto para el mismo día en que se decretó el confinamiento, abre la temporada de blockbuster veraniegos que pretenden reactivar la taquilla
Madrid
Hay varias comedias dentro de ‘Operación Camarón’ que funcionan como una sola en la película más divertida, gamberra y cañí del año. “Tenía un montón de cosas con las que jugar, el thriller, la parte romántica, la parte más cómica, la de acción, todo eso despierta la creatividad y me obliga a trabajar con mucha pasión, con muchas ganas, no a trabajar con el piloto automático”, dice orgulloso Carlos Therón, responsable de otros títulos canallitas, como ‘Lo dejo cuando quiera’. El director se pone al frente de esta adaptación libre del éxito italiano ‘Song’e Napule’, cuyo guion firman Josep Gatell y Manuel Burque, una narcocomedia romántica que mezcla thriller, acción y música.
La premisa es sencilla. Sebas es un policía novato de Valladolid con formación en música clásica. Destinado a Cádiz, recibe la misión de infiltrarse en una banda de flamenco-trap que va a actuar en la boda de un traficante local. Ese es el tronco argumental de una película que va desplegando subtramas que encajan a la perfección gracias a un reparto coral y a la pericia del director para controlar eso que llaman ritmo interno de la comedia. “La sensación de la peli es equilibrada, a veces paramos la comedia, vamos compensando, es un trabajo de darle muchas vueltas al montaje para que todo vaya fluido”, explica Therón.“No decae, no es que esté todo el rato arriba, pero van pasando cosas, va caminando, y eso es mérito del director”, añade Julián López, el protagonista que une los dos mundos de la película.
De un lado la policía, un equipo encabezado por Miren Ibarguren -en otro papel que demuestra porque es estandarte de la comedia nacional-, jefa embarazadísima que mantiene a todos a raya y capitanea el operativo más disparatado que se recuerda. Julián López es el pringado de manual reconvertido en cani. El niño bueno en un mundo desconocido, el teclista que se enfrenta a los ritmos de reguetón, el joven que descubre el amor y también el nuevo héroe de acción. “Yo también vengo del mundo de la música clásica y, de repente, el personaje sufre una transformación que me hubiera ocurrido a mí también. Si sueltas lastre y te quitas todas las etiquetas, descubres un nuevo punto de vista. Se mete en un mundo en el que, no solo el cambio físico, también cambia en su interior”, explica el actor.
Y del otro lado, Los Lolos, la banda hecha a sí misma, en tabernas gaditanas y azoteas, que dirige Carlos Librado ‘Nene’ en el papel de trapero malote de barrio con buen corazón. “Yo venía de hacer monólogos, los tempos y soltar el gag justo la traía de mi carrera en los escenarios, pero juntarnos en este grupo, con gente a la que admiro mucho, y con Carlos, que maneja la comedia como nadie, ha sido lo mejor”. En esa banda variopinta que admira a Camarón -pero alguno lleva tatuado al Che Guevara- la que maneja el cotarro es su hermana, la Luci, la mánager choni que interpreta Natalia de Molina en un registro cómico que le sienta genial. “Sinceramente, estaba acojonada, tuve muchas dudas al principio, me reuní con Carlos, me daba miedo meterme ahí y no estar a la altura de esta gente, que son monstruos. Al final lo he pasado increíble, me quiero quedar a vivir en la película y ojalá vaya muy bien para que haya una segunda parte”, confiesa la actriz.
Todo encaja en ese universo que además pone el foco en el tráfico de drogas en Cádiz, en la estigmatización de los jóvenes o en la música como salida para una generación sumida en la marginalidad. Comedia sin caricatura de una zona que sobrevive a ritmo de flamenco. “Muchas veces gente andaluza se ha quejado de que siempre se ve el estereotipo y que los personajes tienen solo gracia y arte, que también, pero en este caso se buscaba más la naturalidad y lo real. Como con la fotografía, que viene al pelo para transmitir esa cercanía de barrio, calle y calor, tanto como la trama de este grupo. Para muchos chavales de barrio o zonas deprimidas su única salida es ponerse a crear música para no ir por la mala vida. Hay bastante realismo sin caer en el estereotipo de, ah son andaluces, que graciosos son”, explica Carlos Librado.
El trabajo de fotografía, el juego del infiltrado, los momentos musicales y la traca final de acción reman a favor de una cinta que sabe dosificarlos gags y el desarrollo de los personajes con tono macarra y entrañable. "No es que haya que reivindicar la comedia porque a la gente le encanta y la consume, pero tiene trabajo también. Yo intento quitarle a la gente de la boca esa idea de que somos graciosos y ya está, la gracia hay que buscarla, trabajarla y ensayarla", defiende Julián López del género que mejor conecta con el público español.
El estreno de ‘Operación Camarón’ se suspendió el día antes de la declaración del estado de alarma y el confinamiento. Siempre había estado pensada para cines, admite Therón, y la espera, asegura el reparto, ha valido la pena. “Esa liturgia de reunirse con desconocidos en una sala oscura para reírse de un chiste o de otro, para reírse todos a la vez, une a los seres humanos, la risa es un lazo de unión potentísimo. Y eso en casa, se pierde, con tu pareja o tu familia. Compartir risas y sentido del humor es una de las formas de sentirnos integrados también, esperemos que la gente quiera volver a sentir esa sensación”. Casi un año y medio después, Telecinco, es decir Vasile, la ha sacado del cajón y ha activado su maquinaria promocional no solo para intentar reanimar la taquilla sino también para celebrar el verano en las discotecas. Los temas de Riki Rivera prometen pegar fuerte en las fiestas de la vuelta a la normalidad.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...