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'El caso Wanninkhof - Carabantes': el juicio lesbófobo de todo un país

Netflix estrena una película documental dirigida por Tania Balló sobre los asesinatos conectados de dos chicas jóvenes en Málaga y la condena mediática y judicial a una inocente, Dolores Vázquez

La detención de Dolores Vázquez / NETFLIX

Madrid

El de Dolores Vázquez fue uno de los errores judiciales más terribles de la democracia española. Condenada por el asesinato de Rocío Wanninkhof, su figura se convirtió en estereotipo, el de la lesbiana violenta, capaz de matar a la hija de su expareja. Años después, la aparición del cuerpo de Sonia Carabantes descubrió que un asesino y violador en serie, Tony King era el culpable de ambas muertes. 22 años después, la directora Tania Balló, a la que descubrimos con el documental Las Sinsombrero, estrena Caso Wanninkhof - Carabantes, una película que puede verse en Netflix y que recuerda y que analiza el juicio paralelo de uno de los crímenes más mediáticos que ocurrió en nuestro país.

¿Por qué tenía interés hacer un documental sobre este caso 22 años después? ¿qué supone volver a mirar lo que ocurrió?

Hace muchos años que pienso en esta película. Era muy concreta y por suerte es la que he podido hacer. Siempre fui muy realista y sabía que en la industria española era de difícil producción hasta que han llegado las plataformas y estos temas y este género se han puesto de moda. Además, es cierto que esta película requería el paso del tiempo, de una perspectiva histórica, de una cierta capacidad de reflexión sobre lo ocurrido. El tiempo ayuda, la verdad, y 2 años es el tiempo suficiente. Por supuesto para las familias de las víctimas esas heridas no se van a cerrar nunca, pero sí las heridas sociales han cicatrizado y eso daba la posibilidad de ahondar en el análisis.

¿Qué ha sido lo más complejo del proceso judicial? ¿Por qué no está Dolores Vázquez?

Fue difícil entenderlo. Conseguir la documentación, el sumario, etc. A pesar del tiempo transcurrido había muchas cosas ocultas. Aquello que no se ha podido conseguir pues es obvio, el testimonio de Dolores Vázquez. Para mí el silencio de Dolores Vázquez dice mucho y me sirve para reformar mi tesis de las consecuencias de una barbarie. He intentado que eso no quedara como una ausencia, sino como una consecuencia.

Una de las claves de esa tesis, la base teórica de la investigación es el libro de Beatriz Gimeno La construcción de la lesbiana perfecta, porque lo que manda a la cárcel a Dolores Vázquez es eso…

Es todo más complejo que eso. Como define Beatriz es una construcción necesaria. Este es un caso lleno de errores, el primero es cuando la policía lo define como crimen pasional. Estamos en un momento en que los crímenes de la violencia de género se llamaban todavía crímenes pasionales y eran entendidos como la peor versión de la masculinidad. ¿Qué pasa aquí? Que todo encaja en ese relato salvo que el sujeto de sospecha sea una mujer, pero esa mujer es lesbiana. En ese momento, además, Dolores Vázquez cumplía con el estereotipo de lesbiana que en el año 2000 todos teníamos en la mente. Encaja como un hombre, en definitiva. Lo que se hace es masculinizar todavía más esa figura, también para esconder la lesbofobia existente. De modo que se esconden sus rasgos femeninos y se ensalzan los masculinos. Se dice que era fuerte, alta, que hacía footing… Se supera la línea roja con el único objetivo de convencer a la opinión publica que una mujer como ella podía ejecutar un crimen de estas características asociado, mayoritariamente a los hombres. Ahí es donde está el delirio, donde nadie detiene esta marea y donde el sistema falla.

¿El sistema o nosotros como sociedad le debemos una disculpa a Dolores Vázquez?

El problema es que en este país la respuesta del perdón público no la tenemos ejercitada. Somos nosotros, como sociedad, los que necesitamos redimirnos de ese caso que nos hace sentir muy mal, por eso necesitamos el perdón público. ¿Lo necesita Dolores? Creo que es una mujer que ya es mayor, cuya vida quedó destrozada, se tuvo que ir del país porque nadie le daba trabajo. No podía soportar el señalamiento público aún después de ser exonerada porque nadie hizo público todo eso. Sí, me gustaría que hubiera un perdón público. Igual sirve como precedente para perdonar muchas más cosas.

La sociedad de alguna manera fue cómplice de todo eso y los medios de comunicación son una parte importante en la construcción social del discurso, eso aparece en el documental y viene apareciendo también en otras series que cuestionan hechos o sucesos de los noventa, Veneno, Nevenka, Alcàsser… ¿había intención de revisitarnos desde los medios?

Es importante porque en esos años empiezan las televisiones privadas y la lucha por las audiencias y eso tiene mucho que ver. En el Caso Wanninkof la prensa es un fallo más, porque lo que falla es todo el sistema. En el Caso Alcàsser, sin embargo, la prensa sí tiene un papel mayor. En este, los medios son un agente necesario para la construcción de un falso culpable. Como no había pruebas sobre su culpabilidad, se necesitaba a los medios para construirla. Hay toda una correlación de personajes que a veces piensas que están hasta construidos. Es una tragedia, porque todas las mujeres están como en una tragedia griega y a veces olvidamos que todas son víctimas. Alicia Hornos, la madre, es una víctima y aunque hay cosas de las que dice o del papel que jugó que nos echen para atrás, hay que entender que era una víctima de la que se vulneraron todos sus derechos de protección que como sociedad deberíamos haber articulado. Le dimos el poder de la justicia a una mujer que acababa de perder a su hija de una forma tan brutal.

Ocurrió hace 22 años, pero lo cierto es que hay casos de violencia de género que siguen representándose en los medios de esta forma amarillista y sin perspectiva de género… ¿hemos superado estos estereotipos?

Si la pregunta es si podría pasar hoy algo así, creo que el tema de la lesbofobia no sería tan alarmante. Creo que el movimiento LGTBIQ tiene más poder, una lucha más clara y en lo individual muchos hemos ido cultivando un pensamiento crítico y seríamos más maduros ante una situación así. Por desgracia lo otro ya hemos comprobado que sí. Desde que este caso ocurre hasta hoy no hemos conseguido detener la lacra de la violencia de género. Hemos visto casos no con ese nivel de circo mediático, pero cercanos.

Una de las novedades del documental son los testimonios de mujeres víctimas de Tony King antes de que llegara a España, su exmujer y una de sus primeras víctimas que sobrevivió al ataque, ¿quizá todo esto también se dejó fuera con un motivo?

Es que todo el tema King, de alguna manera, evidenciaba el error. Por eso no se le dio tanto bombo. Yo me he encontrado en todo el proceso de producción de la película con gente que me preguntaba si Dolores Vázquez seguía en la cárcel. Hay una confusión real. Para mí era importante asumir la idea de que esto es un caso que a de 1999 hasta 2004 que es cuando se exonera a Dolores Vázquez. Es el todo, porque sin el todo volvemos a manipular, ya que no asumimos el error. Debemos entender que el sistema se equivoca, que no es perfecto y que quizá no deba serlo, pero sí tener en mente que hay errores letales.

 
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