La carrera espacial
"Habrá que ponerse a pensar en otra cosa carísima para esa gente exclusiva a la que sobran los millones y las ganas de demostrarlo. Yo me permito sugerir una idea novedosa: la llamo "impuestos"
Buenos Aires
La carrera espacial, antes, era un pulso entre las dos superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética. Washington y Moscú competían para dominar el espacio exterior y el pedacito de universo más cercano a la Tierra. Hace pocos meses, un vehículo de la NASA nos envió imágenes fascinantes de sus paseos por la superficie de Marte.
La carrera espacial, ahora, es otra cosa. Es la pugna entre tres megamillonarios, Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson, por dominar el mercado de quienes se han aburrido ya del avión privado y desean experiencias más exclusivas.
Branson, el dueño de Virgin, acaba de obtener permiso de las autoridades estadounidenses para efectuar el primer paseo. Por el módico precio de 250.000 dólares, sus viajeros podrán ascender a 80 kilómetros de altura (como de Madrid a Segovia por carretera), ver el planeta azul, disfrutar de cinco minutos de ingravidez y aterrizar de nuevo en menos de tres horas.
Bezos, el dueño de Amazon, ofrece más o menos lo mismo pero con 20 kilómetros más de altitud.
El plan de vacaciones que propone Musk, el dueño de Tesla, es más lujoso. Se parece a un crucero de ocho días, con estancia en la Estación Espacial Europea, menús liofilizados, pañales siempre puestos y espléndidas vistas para fotografiar y dar luego la lata a los amigos. El pasaje sólo cuesta 55 millones de dólares.
Estas excursiones empezarán ya, este mismo año. Por tanto, habrá que ponerse a pensar en otra cosa carísima para esa gente exclusiva a la que sobran los millones y las ganas de demostrarlo. Yo me permito sugerir una idea novedosa: la llamo “impuestos”.
