El calamar opta por su tinta
"Así que te pones el traje bueno y te vas hasta Bruselas para hablar con los líderes europeos y explicarles lo mal que van las cosas aquí"
El calamar opta por su tinta
03:31
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1624789343189/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
La cosa funciona así: cuando se toma alguna decisión en tu país con la que tu partido no está de acuerdo, te vas a Europa a protestar. Seguro que allí te dan la razón y se demuestra que somos unos catetos que no estamos a la altura de las democracias occidentales. Así que te pones el traje bueno y te vas hasta Bruselas para hablar con los líderes europeos y explicarles lo mal que van las cosas aquí. Normalmente no te hacen mucho caso, porque bastante tiene cada uno con lo suyo como para encima buscarse líos en otros países apoyando independencias o censurando decisiones políticas, así que si son de tu familia política como mucho te dan una palmadita en la espalda y te dicen que está todo fatal. Eso si tienes suerte, porque también ocurre a veces que aparece una gente deseando apoyarte y luego resulta que son un poco impresentables en otros temas, y al final queda como que eres tú el que los está apoyando a ellos.
Por ejemplo, va y te apoya el gobierno de Hungría, que acaba de sacar una ley por la cual series como Modern Family o películas como Harry Potter no podrían emitirse antes de las 10 de la noche por transmitir imágenes de homosexualidad que pervierten a los menores. Es mejor no hablar de gays, o cualquier otra tendencia LGTBI a los jóvenes, que son muy impresionables y seguro que se cambian de sexo sólo porque lo han oído en la tele o en el colegio. El gobierno húngaro dice que se trata de respetar a las familias y su derecho a que sus hijos crezcan sin oír nada diferente a lo que decidan sus padres, aunque eso suponga no respetar el derecho a expresarse públicamente de otra parte de la población.
Y ahora la presidenta de la Comisión Europea ha dicho que la nueva ley es una vergüenza, por lo que al gobierno de Hungría le toca aplicar la segunda estrategia en relación a Europa, que no es otra que denunciar la injerencia de soberanía y el desconocimiento profundo de la realidad de tu país. Una receta que sirve lo mismo para defender la homofobia, el derecho de autodeterminación o lo adecuado de nuestras leyes cuando algún tribunal superior europeo las corrige o las critica. Porque, al final, el calamar opta siempre por su tinta.