Rubén Ochandiano: "Somos víctimas de la filosofía de Mr. Wonderful y a veces nos convertimos en monstruos"
El actor madrileño estrena 'Hombre muerto no sabe vivir', el thriller que retrata el narcotráfico en la Costa del Sol y que pone en valor conceptos como la lealtad
Madrid
Rubén Ochandiano (Madrid, 1980) vive un momento dulce. En medio de la promoción de su nueva película, 'Hombre muerto no sabe vivir', el debut en largometraje de Ezekiel Montes, el actor se encuentra inmerso en distintos proyectos. El retorno a su faceta teatral tendrá lugar el 1 de septiembre en los Teatros del Canal, bajo la dirección de 'El alivio o la crueldad de los muertos', una tragicomedia que aborda la creación del mal. Además, ha finalizado el rodaje de 'Lobo Feroz', dirigida por Gustavo Hernández y donde vuelve a compartir reparto con Antonio Dechent. Actualmente se encuentra rodando una colaboración en la película 'Sin ti no puedo', dirigida por Chus Gutiérrez, a la vez que empieza los ensayos de su nueva obra de teatro que se podrá ver en otoño. Bajo este maremágnum de acontecimientos, Ochandiano nos recibe para hablar de su papel en la película de Ezekiel Montes donde da vida a Ángel, el hijo de un mafioso cuyo negocio se encuentra en pleno proceso de decadencia.
Ángel, el personaje que interpretas, es un tipo muy oscuro. Pero bajo esa coraza se esconde un drama familiar muy complejo. Ángel quiere demostrar que será un buen heredero pero su padre le desprecia ¿Qué ha supuesto para ti dar vida a un personaje así?
Para mí el atractivo del guión era mi personaje. Hace un par de años, en 'O que arde', la película de Oliver Laxe, había un personaje que decía: “Lo que está herido tiende a herir”. Eso es lo que creo que pasa con Ángel, que es un personaje muy herido. Lo que me seducía, lo que me comprometía con él como actor era que le veía mucho la herida. Él debería de ser, en primer lugar, el legítimo heredero del afecto del padre y también del emporio que tiene montado y el padre no le reconoce ninguno de esos dos privilegios, es más, se avergüenza de él, le basurea en público… No quiero decir con esto que justifique las acciones que lleva a cabo mi personaje, pero me parecía interesante contar el estado mental de alguien con una herida tan profunda.
¿Estamos ante una película en la cual todos son los malos o todos son víctimas de un sistema mafioso que les ha absorbido?
Es que en la ficción, y supongo que en la vida tampoco, un malvado sin un background detrás no existe. Podemos encontrar en la vida gente que nos parece despreciable y malvada y probablemente si rascas encuentras las razones que les llevan a ese tipo de comportamiento.
Debajo de la temática del narcotráfico subyacen otras cuestiones como el concepto de traición o lealtad ¿Cómo crees que se conjugan estos elementos en nuestra sociedad actual? ¿Estamos asistiendo a una pérdida de valores?
Desde mi punto de vista el narcotráfico es un pretexto, podría contarse la misma historia en cualquier otro entorno. Respecto a los valores, desde luego estamos tendiendo a la deshumanización, vivimos en el constante usar y tirar y en el nada es suficiente. Creo que somos víctimas de la filosofía de Mr. Wonderful que en esta búsqueda crónica del bienestar a veces nos convertimos en monstruos y pasamos por encima de quien sea.
Roberto Saviano lleva años amenazado por la mafia napolitana por la publicación de su libro Gomorra. En esta obra él también señala la importancia del narcotráfico en España (Galicia, la Costa del Sol…) ¿Cómo crees que recibe la población española este tipo de historias?
Conozco la historia de Saviano pero no sabía que también señalaba a España como foco caliente. Vivo ajeno a este universo y cuando veo estas historias las recibo como puro entretenimiento. Si hubiera tenido que contar una historia en la que para mí el narcotráfico hubiera sido fundamental para construir la ficción, me hubiera documentado más, pero es que para mí, en esta historia el narcotráfico era absolutamente residual, un complemento. Es verdad que es el entorno que ha elegido Ezekiel [Montes, director], pero para mí la película tiene más de Shakespeare, mi personaje pertenece más al Rey Lear.
A lo largo de toda tu trayectoria has pasado por distintos campos además del audiovisual. En la era de las plataformas en la que nos encontramos parece que hay más oportunidades para los actores, pero ¿es realmente así?
Yo acudo a la dirección escénica por pura necesidad vital, no económica. Lo hago porque tengo la pulsión de contar una historia y porque forma parte de mi identidad, porque me interesa contar historias desde distintos lugares. También mi recorrido ha sido muy particular. En un momento dado elegí marcharme un poco de España, he estado trabajando fuera y eso hace que de algún modo desaparezcas un poco aquí, pero para serte franco yo sí siento que específicamente después de la pandemia de alguna manera se ha tomado conciencia de la importancia de la ficción y de cuánto consumimos ficción. Es verdad que para mí, como para todos, 2020 fue devastador, pero en 2021 no he parado de trabajar en proyectos, a cada cual más atractivo.
Hace unos días el Festival de San Sebastián daba a conocer la eliminación de distinción de sexos en los premios de interpretación, sumándose así a otros festivales como el de Berlín. ¿Qué te parece esta medida?
Quizá me falta reflexión porque a priori me parece un disparate. No comprendo a quién favorece, creo que resta visibilidad, no me parece que vaya a favorecer a la mujer. Tengo entendido que hay ciertos colectivos que consideran que no distinguir género pone en valor el trabajo del intérprete. Estoy definitivamente en contra de la decisión, supongo que a nadie le importa lo que yo piense, pero ojalá no se hiciera.