'Viuda negra' abraza el cine de espías y proclama la liberación femenina
Scarlett Johansson al fin desarrolla en una película propia la historia del personaje de Marvel. La australiana Cate Shortland dirige esta cinta de acción, espionaje y malvados rusos que se estrena en salas y en Disney+
Madrid
Doce años ha tardado Marvel en dedicarle una película en solitario a la heroína más querida por los fans. Otros personajes ya habían desarrollado en films propios su historia y ahora es el turno de saldar cuentas con ‘Viuda negra’ tras su descafeinada despedida en ‘Vengadores: Endgame’. La factoría de superhéroes, cuyas películas se han convertido en el mayor fenómeno cinematográfico del siglo XXI, ha sabido en estos años tanto capturar el clima social como jugar con sus millones de seguidores.
Con ‘Capitana Marvel’, pese a su tímida acogida, demostraron que su universo testosteronico estaba preparado para abrirse a las superheroínas en tiempos de feminismo. En 2019 Anna Boden dirigió junto a Ryan Fleck esta superproducción que obligaba a Marvel a reaccionar tras el éxito de su gran competidora, la Wonder Woman de DC, Gal Gadot y Patty Jenkins. El siguiente paso era inevitable, que una mujer asumiera por primera vez en solitario la dirección de uno de estos blockbuster millonarios. La elegida ha sido Cate Shortland, realizadora australiana con unos pocos títulos desconocidos a sus espaldas en el circuito indie.
En un sello donde todo está milimétricamente planificado por su productor Kevin Feige, ‘Viuda Negra’ era la película marcada en el calendario para iniciar la Fase 4 del universo cinematográfico. Para los no iniciados, esto suponía básicamente el reseteo (a medias) del ecosistema marveliano tras el explosivo y trágico climax de ‘Vengadores: Endgame’. Los retrasos en su estreno por la pandemia han provocado, sin embargo, que sean las series de televisión las que inicien esta nueva fase. ‘Bruja Escarlata y Visión’, ‘Falcón y el Soldado de Invierno’ y ‘Loki’ han reforzado la marca en Disney Plus semana a semana con propuestas diversas más allá de la película-evento. Y ese es, de inicio, uno de los problemas de ‘Viuda Negra’, cinta que resulta formulaica frente a la experimentación y originalidad que han demostrado las propuestas televisivas.
Pero más allá de comparaciones, ‘Viuda Negra’ es la película que Scarlett Johansson se merecía después de 10 años vinculada a producciones Marvel. Una oportunidad para contar su propia historia sin interferencias de otros superhéroes. No es una cinta de orígenes o iniciación, a pesar de su prólogo como niña integrante de una célula rusa en EEUU (al estilo ‘The Americans’), sino un ajuste de cuentas con la parte más oscura de su pasado. Natasha Romanoff se enfrenta a los misterios de su primera familia, a su etapa de espía antes de cambiar de bando y al entramado detrás de La habitación roja, la instalación de entrenamiento de los siempre malísimos rusos durante la Guerra Fría.
Con un personaje principal sin superpoderes, aunque exhiba toda su destreza física e intelectual, ‘Viuda Negra’ opta por abrazar el thriller de espías y conspiraciones a lo James Bond. Hay un malvado que mueve los hilos, una aliada sospechosa, un antiguo padre poco fiable, un/una enemigo sin rostro, traiciones y muchas trampas. La mayoría, eso sí, protagonizadas por mujeres. La cinta bebe del cine de espías de los 70, de todo el imaginario de los thrillers de la Guerra Fría y de la acción y el humor de 007. La parte cómica se la roba David Harbour, autoproclamado capitán América ruso con cierto patetismo, y especialmente Florence Pugh.
La joven actriz británica, que ya sorprendió en ‘Midsommar’ y destacaba en la ‘Mujercitas’ de Greta Gerwig, entra con fuerza en el universo Marvel y le hace sombra a Scarlett Johansson con su ironía, su frescura y su energía en las escenas de acción. El reparto lo completa otra estrella, Rachel Weisz, presunta madre enigmática y vinculada al lado oscuro. Con guion de Eric Pearson, ‘Viuda Negra’ acierta al apostar por el género pero lo hace sin demasiado ingenio. Trucos ya vistos, giros previsibles, polvos mágicos, personajes chistera y un humor facilón. En una factoría donde es difícil rastrear la autoría del director -a la espera de la ganadora del Óscar, Chloé Zhao, en ‘Eternals’, Cate Shortland sabe sacarle partido a varias piezas de acción por tierra y aire -hay mamporrazos, persecuciones en coche y acrobacias- sin un gran despliegue técnico. Todo avanza renqueante y a medio gas para los estándares de una producción de Marvel sin, eso sí, dejar se ser entretenida.
Y más allá de la ejecución y el acierto de brindarle a Scarlett Johansson una despedida, ‘Viuda Negra’ también se revela como un contundente ejercicio feminista que, obviamente, no salpica a sus amigos vengadores. La trama soviética, con un capo manipulando la voluntad de miles de viudas y conformando un ejército de mujeres sumisas, remite inevitablemente a todopoderosos magnates que han abusado de su poder con impunidad durante años. Ese tiempo ya ha acabado, al menos para ‘Viuda Negra’, que proclama la liberación femenina en el universo Marvel.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...