Una madrugada en el Zendal: "En cuanto me vacune, me voy de viaje"
El Gobierno de la Comunidad de Madrid, Siempre propenso a los golpes de efecto, ha activado desde este lunes puntos de vacunación en sedes de tres empresas pivadas (Acciona, Corte Inglés y Banco Santander). Tendrán horario de oficina y se podrán vacunar empleados y ciudadanos que hayan reservado hora en el portal de autocita
También, la semana pasada se puso en marcha la vacunación 24 horas al día en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid y en el Hospital Isabel Zendal
Una madrugada en el Zendal: "En cuanto me vacune, me voy de viaje"
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Madrid
Este reportaje relata lo ocurrido a las puertas del Zendal entre las once de la noche del 29 de junio y las siete de la mañana del día 30. Son las dos de la madrugada. Es miércoles, 30 de junio, cerca de la línea del horizonte se ve una luna gibosa menguante de amarillos y naranjas atenuados por el resplandor de los focos de la terminal 4 del aeropuerto de Barajas que está al otro lado de la autopista M-12.
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Los citados para recibir la primera dosis de la vacuna llegan al hospital de manera espaciada y en coches particulares (a esta hora no hay transporte público) y desde toda la comunidad de Madrid.
Ana y José son de Leganés. Conducirán, sumando ida y vuelta, más 70 kilómetros. Paco tiene cita a las dos y veinticuatro minutos. Ha llegado desde Móstoles. Hará más de 80 kilómetros Fernando y Cristina llegarán pasadas las 4 y media desde Ciempozuelos. Recorrerán casi cien kilómetros.
Nadie les ha obligado. Cierto. Podrían haber esperado turno, pero han decidido auto citarse para adelantar la vacunación un par de semanas. Cada una de las personas que irá subiendo la rampa que desemboca a las puertas del pabellón 1 del Hospital Zendal, ha elegido lugar y hora.
Sin embargo, voces críticas afean que la Comunidad de Madrid y sus responsables pregonen y ensalcen vacunaciones de madrugada como las del Zendal o centros de vacunación masiva, ligadas en algunos casos a empresas privadas, y sin embargo, no permitan vacunaciones en ocho hospitales de la comunidad o se olviden reforzar e impulsar las autocitas en los centros de salud, más próximos a los ciudadanos y acostumbrados a grandes campañas anuales de vacunación como la gripe. Pero eso acarrearía invertir en equipos humanos y medios de los centros de atención primaria.
Comienza el tercer día de vacunación nocturna
Retrasemos los relojes a las once de la noche. Se ha abierto el pabellón 1. Es el tercer día de vacunación nocturna en el Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal.
A la entrada del pabellón hay dos mesas de control. Comprobada la documentación y que el nombre está en la lista, se sigue una flecha amarilla pintada en el suelo, se recorre un largo pasillo de paneles humanizados con dibujos infantiles y macetas de papel y se entra en el módulo G, el único habilitado para la vacunación de madrugada. Rosa Sánchez, supervisora de noche del Hospital Zendal :“Hay otros dos módulos que ya están listos y habilitados por si hubiera que abrirlos por si viniese muchísima gente. Y la verdad es que está teniendo mucho tirón, una acogida buenísima”
En el módulo hay entre 7 y 9 mesas de vacunación, dependiendo del momento. Trabajan en pareja, vacunando y entregando el registro del certificado de vacunación de manera simultánea. Alba Calavia: “Nuestro turno es de diez a ocho, diez horitas. Cuando llegamos preparamos las mesas, las vacunas, las jeringas que necesitamos y a las once, que ya lo tenemos todo preparado, empiezan las vacunas. Y ya, pues hasta las ocho sin parar “
No ha habido refuerzos de personal para las vacunaciones de madrugada. Todos son trabajadores del Zendal que proceden de diferentes controles, más liberados con la bajada de pacientes Covid.
En el momento de realizarse esta grabación, Madrid está a la cola de vacunaciones en cuanto al porcentaje de dosis recibidas y dosis puestas, circunstancia que nada tiene que ver con la labor de los profesionales de la Sanidad. Rosa Sánchez: “Los profesionales están haciendo una labor extraordinaria. Están dejándose la piel”
Volvamos a la calle.
Son las doce y media de la noche. Ciento cuarenta personas hacen cola a las puertas del Zendal. El flujo de vehículos es continuo, una patrulla de la policía Municipal hace guardia, Raúl y Gema acaban de llegar desde Valdemoro. “Porque nos viene bien por cuestión de trabajo y también por agilizar el proceso. Vimos que a estas horas había más márgenes abiertos y que nos podíamos vacunar de un día para otro. Yo, de hecho, pedí la cita ayer. Si queríamos horas más normales, teníamos que esperar una semana y media”
Una de la madrugada
El camión de limpieza, precedido por dos trabajadores que despejan las aceras de hojas con sopladores, gira por la Glorieta de Antoñete, deja atrás la Ciudad Deportiva del Real Madrid y enfila la Avenida Manuel Fraga Iribarne pasando por delante de la entrada principal del Hospital Zendal. Francisco, de Las Rozas, ha tenido cita a esta hora: “Es la primera cita que he encontrado. Me voy de vacaciones y temía que la segunda dosis, me tocara fuera”
A las dos y media de la mañana
Creo que ya les hablamos de la luna menguante y el canto de los grillos. Hace tiempo que ha dejado de haber cola y los citados llegan con más tiempo de separación entre sí. Francisco ha venido desde Rivas-Vaciamadrid: “Vengo, me vacuno y me voy a trabajar. Soy transportista. Pero hay que vacunarse. Cuanto antes, mejor”
A las 3 y cuarto.
Corre una brisa ligera y casi muda, con apenas fuerza para mover las hojas de los chopos que han rebrotado entre las alambradas de los solares vecinos. Diana sube decidida la rampa del hospital: “En cuanto me vacune, me voy de viaje. Vivo aquí en Madrid, pero soy de Asturias. Tengo a toda la familia allí y como ahora se puede teletrabajar, estupendo”
A la cuatro y ocho minutos
Entran Asier y su pareja llevando en brazos al hijo de un mes: “Yo lo he pasado, así que, con una dosis tengo la vacunación completa. Pero ella no y está en periodo de lactancia. Así que para tener un poco de inmunidad”
A las cinco y dieciséis.
Ya se atisba el albor por el este, una de las gomas del riego por goteo colapsa y corre por el asfalto un reguero de agua, dos conejos se escabullen entre la selva de una gran adelfa de flor blanca que crece en una de las rotondas que regula el tráfico por avenidas flanqueadas por descampadosy Salvador baja deprisa por la avenida pegado a la hora de citación: “Más que nada por anticiparme y no esperar quince días. Yo soy una persona que tiene
A las seis y catorce.
Por ser precisos, escuchamos el primer canto de un pájaro. Los ritmos han cambiado, los citados llegan acelerados, acuciados por las prisas del nuevo día. Acuden tecleando los móviles, buscando los códigos QR y esperando acabar rápido. Beatriz: “Pues mira, porque tengo dos niños pequeños, mi marido se ha quedado con los nenes y vengo a vacunarme”
Poco antes de las siete de la mañana.
Se apagan las farolas, las urracas toman posiciones, suenan los primeros cláxones, cada cual llega apremiado por una necesidad. Entre las once de la noche y las ocho de la mañana, los equipos del Hospital de emergencias enfermera Isabel Zendal vacunarán a 1.874 personas.
Los sobrecostes de construcción del edificio , las campañas de propaganda, los traslados forzosos de trabajadores, las denuncias de sabotaje, las quejas de pacientes, las alabanzas internacionales, los contratos a dedo o choques políticos, no forman parte de este reportaje
Severino Donate
Llegó a la SER en 1989. Ahora hace reportajes.