Mia Hansen-Løve: amor, pijerío y Bergman en Cannes
La directora francesa estrena 'Bergman's island', una película sobre el cine, y sobre el amor con la sombra del director sueco presente
Cannes
La autoficción está de moda. Los autores cada vez más imbuidos por sí mismos, nos cuentan en sus novelas y películas su vida, jugando al juego de no saber qué es realidad y qué es ficción. Así comenzaba Cannes, con el rey de la autoficcción, Emmanuel Carrère presentando película en la sección paralela, y con Leos Carax en Annette -película donde el director también jugaba con los espejos. Luego el israelí Nadav Lapid utilizaba el mismo mecanismo para mostrar en La rodilla de Ahed la violencia del estado contra los ciudadanos y un sinfín de denuncias más. Este lunes, mientras Cannes espera las nuevas medidas del presidente Macron en relación con la pandemia, recibimos otra historia medio real, medio ficticia, Bergman's island, la nueva película de Mia Hansen Love.
La directora francesa es una de las creadoras más destacadas del cine independiente, que ha ido a los grandes festivales con películas como El padre de mis hijos, Un amor de juventud, El porvenir o Edén. Hija de la burguesía intelectual parisina, aunque con abuelos daneses, Mia Hansen Love es la pareja de otro de los tótems del cine francés, Olivier Assayas. Ambos cineastas surgidos de la revista Cahier du Cinéma, la misma de la que salieron, Truffaut, Chabrol y otros directores de la Nouvelle Vague.
Y de eso va la película. De dos directores de cine, pareja, que dejan a su hija y se van a pasar un tiempo a Faro, la isla donde el director sueco Ingmar Bergman vivió y rodó algunas de sus obras maestras, como Escenas de un matrimonio. Los dos van a allí para escribir, inspirarse en plena naturaleza, playas, paisajes nórdicos y el cine en el que Bergman veía las películas.
Hansen Love parte de una idea genial, la de la creación, la inspiración, y también de la relación entre dos creadores, uno más consagrado que la otra. La directora es fina mostrando con sutiliza las cuestiones de la pareja, formada por los actores Tim Roth y Vicky Krieps, la actriz de El hilo invisible. La seguridad de él, frente a la inseguridad de ella. El reconocimiento del resto hacía la obra del director y el segundo plano que ocupa ella como creadora. La preocupación de ella por la hija pequeña, al cuidado de la abuela, que no está entre los pensamientos de él.
Brillantes son los momentos en los que se ríe de la seriedad del director sueco, de la intensidad de sus películas, como El séptimo sello o Persona. "Escenas de un matrimonio, la película con la que más gente se ha divorciado", dice una vez uno de los personajes. O el repaso a la vida íntima y el cuidado de los hijos de Bergman, que tuvo nueve hijos de mujeres diferentes de lo que ni veía ni abrazaba. El safari de Bergman, que realiza el personaje de Tim Roth, como si fuera el parque temático de Harry Potter, donde van los sesudos cinéfilos y críticos de paseo, entre ellos el catalán Jordi Costa, que se interpreta a sí mismo.
Todo eso funciona, pero falla al meter la ficción dentro de la ficción. Asistimos a otro relato, protagonizado por Mia Wasikowska y Anders Danielsen Lie -actor al que ya vimos en otra película en competición, The worst person in the world, del danés Joaquim Trier. Interpretan a los dos protagonistas de la película que esta directora está escribiendo en la isla y que se desarrolla en ese mismo paisaje. Una historia de amor y desamor, de cuernos y demás que se queda coja y que es, directamente mala. Es ahí donde Bergman's island patina y no consigue ser más que una propuesta sobre el amor ya vista.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...