El surrealismo contra la censura y la corrupción en Rusia
El cineasta ruso Kirill Serebrennikov presenta en el Festival de Cannes 'Petrov's flu', en una rueda de prensa por FaceTime, al estar en arresto domiciliario
Cannes
El Festival de Cannes defiende al director ruso Kirill Serebrennikov, en arresto domiciliario, que ha presentado su película en competición, Petrov's flue, por FaceTime en el certamen galo. Hace ya tres años, el cineasta también estuvo asuente de la presentación de su anterior película, Leto (El verano), por la misma razón. Ahora mismo, la pena es menor, pero las autoridades rusas siguen sin dejarle viajar, a pesar de que haya mediado hasta el ministro de Exteriores francés.
Serebrennikov fue detenido en 2017 por un caso de malversación de fondos públicos, pero varias organizaciones de derechos humanos han denunciado que detrás de esa acusación se esconde un intento de acallar a un cineasta crítico con el gobierno y la corrupción de Rusia. De hecho, en esta película todo eso está presente, aunque a través de una loca historia con mucho surrealismo.
Contento y sonriente, el realizador se mostraba satisfecho de poder trabajar y aseguró que con la pandemia todo el mundo se ha habituado a hablarse a través de una pantalla. "Soy una persona zoom. Estoy con vosotros y vosotros conmigo, así que genial", dijo divertido desde una pantalla de televisión en la rueda de prensa de presentación de su película, que compite en la sección oficial del festival. Rodada antes de la pandemia, la película, que estaba lista para presentarse en el Festival de Cannes de 2020 que no se celebró, es una historia surrealista que muestra la Rusia actual exacerbando los problemas y las realidades.
Adapta la novela The Petrovs In and Around the Flu, del escritor de Alexey Salnikov. Una obra maestra, según el director que retrata la vida de la familia apellidada Petrov. Todos, el padre, la madre y el hijo, sufren alucionaciones causadas por la fiebre de una epidemia de gripe. Todos creen que han cometido actores terribles de violencia, como asesinatos en una biblioteca, el degollamiento de un niño y otras atrocidades.
"Comenzamos el rodaje antes de que la palabra pandemia formara parte de nuestro vocabulario", resaltó el cineasta. La película en reralidad habla de la pérdida, de la incomunicación y la soledad, algo que el Covid ha acrecentado, pero que ya estaba en la sociedad y todo esto lo cuenta con un tono surrealista que provocaba las risas y el asombro de la prensa en cannes. "El dadaísmo y el surrealismo forman parte de nuestra vida, hay una especie de locura que nos acompaña, así que la situación que vivimos con la pandemia no es absolutamente desconocida para nosotros".
Brillante desde el punto de vista visual y técnico, con largas secuencias rodadas en un solo plano -la más larga dura 18 minutos, el realizador logra a través de los movimientos de la cámara meternos en la cabeza de cada uno de los personajes principales y de sus alucinaciones.
Una película que sale de toda la información que nos rodea hoy en día, de ese flujo continuo que recibimos por internet. "Yo tuve una educación cinematográfica basado en el gran cine italiano, francés, británico y americano, pero ahora todos intentamos construir algo que nace a partir de la luz de la penumbra, que es efímera pero que al final deja algo que permanece, ya sea la literatura rusa o cualquier otra cosa".
"Ayer pusimos una alfombra roja en el estudio donde estoy rodando mi nuevo filme, así que hubo una doble fiesta, aquí y allí", explicó Serebrennikov, que tras la proyección de anoche se dirigió a los espectadores del Gran Teatro Lumiére para agradecer que su película se exhiba en Cannes