¿Qué ganamos con la nueva ley de garantías?
Cuando un producto en garantía se estropee, el consumidor va a poder decidir si quiere que se lo reparen, o que se lo sustituyan por uno nuevo.
¿Sabías que han cambiado las condiciones para cambiar un producto defectuoso o que se haya roto durante el periodo de garantía? La nueva ley que regula esto se aprobó para frenar la obsolescencia programada y garantizar el derecho a reparar.
Estas son las novedades:
La duración de la garantía se amplía de dos a tres años (excepto los contenidos o servicios digitales, que siguen teniendo una de dos años). A partir de ahora, cuando un producto se estropee estando en garantía, el consumidor va a poder decidir si quiere que se lo reparen, o que se lo sustituyan por uno nuevo. Antes, esta era una decisión que caía en manos del vendedor. El fabricante estará obligado, una vez dejaba de fabricar un producto, a disponer de piezas de repuesto durante un mínimo de diez años, en lugar de cinco.
Por otro lado, la nueva normativa establece que el cliente ya no tiene que demostrar nada en el caso de no estar conforme con un producto en el momento de la entrega. Será tarea del empresario dejar constancia de que la falta de conformidad no existía en el momento de la compra.
Enrique García, de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ha señalado a Código de Barras la importancia de reclamar por parte de los consumidores si las empresas no actúan debidamente. Desde la OCU piden a las administraciones que impongan multas lo suficientemente altas para ser disuasorias a aquellas compañías que incumplan.