El barco Astral sigue operando en el Mediterráneo Central
El barco Astral, de la ONG Open Arms, se encuentra en el rescate de más de 700 personas en el Mediterráneo Central. El periodista Nicolás Castellano actualiza la situación a bordo de la embarcación junto a David Lladó, jefe de emisión del Astral
Madrid
El sábado 28 de agosto llegaron a Lampedusa 539 náufragos afinados en una barcaza de madera. Se trata de uno de los mayores desembarcos que se han producido en la isla en los últimos tiempos. El periodista Nicolás Castellano está a bordo del barco de rescate de la ONG Open Arms. Castellano asemeja la situación al rescate del 3 de octubre de 2013: “Una barcaza con mas de 500 personas volcó y murieron 339 personas”. Castellano apunta además que prácticamente a diario se producen naufragios en las costas de salida de Libia.
David Lladó, jefe de emisión del Astral lleva años trabajando en el rescate en alta mar de personas migrantes. Ante la posibilidad de la crisis de Afganistán como agravante de los movimientos migratorios Lladó afirma que los movimientos geopolíticos tienen repercusión en los desplazamientos forzosos: “Aumenta la migración por el mediterráneo central y aumenta el numero de personas de cierta nacionalidad que van cruzando”. Puntualiza, además que hay que tener en cuenta que las personas que cruzan no quieren llegar a un país concreto, quieren llegar a Europa en busca de una situación mejor.
Lladó reflexiona también acerca del cambio de nacionalidad de las personas que emigran: “En el último año o año y medio ha aumentado el número de personas de países del Magreb que intentan cruzar”. De nuevo, el jefe de emisión del barco Astral aclara que las situaciones políticas de cada país hacen que se aumente la presión migratoria.
En cuanto a la actuación de Europa en el ámbito de las migraciones, Lladó opina que las políticas de asilo de Europa no son suficientes. “Desde que nosotros operamos en el Mediterráneo Central cada vez es más difícil. Aquí estamos para ayudar y colaborar con todo tipo de autoridades”. Lladó explica cómo la colaboración ha sido fluida con las autoridades italianas, pero aclara que esta comunicación empeora cuando la situación sucede en aguas internacionales. Reivindica también que en los días que tardan en concederles un puerto muchos hombres, mujeres y niños sobreviven en condiciones precarias.
